La encrucijada en las relaciones bilaterales entre España y Estados Unidos

Las relaciones entre España y Estados Unidos están navegando en aguas turbulentas, marcadas por la incertidumbre que genera la administración de Donald Trump. Este vínculo, históricamente caracterizado por la desconfianza, la fascinación y la dependencia, parece estar enfrentando un punto de inflexión. La explícita falta de compromiso militar estadounidense hacia la Unión Europea y las amenazas arancelarias están sembrando dudas sobre la solidez de esta alianza histórica.

Un Vínculo Histórico de Desconfianza y Fascinación

Desde los albores de la independencia estadounidense, España ha mantenido una relación ambivalente con la potencia norteamericana. Como señala Ángel Munárriz (2025) en un artículo publicado en El País, el conde de Aranda ya preveía en el siglo XVIII que la joven república, tras recibir el apoyo de España y Francia para su independencia, crecería hasta convertirse en un «coloso temible» que olvidaría sus beneficios.

Más adelante, según Munárriz (2025), Félix Gordón Ordás, presidente del Gobierno republicano en el exilio, lamentaba los Pactos de Madrid de 1953, que establecieron una alianza entre el régimen franquista y Estados Unidos. Esta alianza, aunque pragmática en el contexto de la Guerra Fría, generó desconfianza en los sectores democráticos españoles que habían admirado a Estados Unidos por sus ideales de libertad y democracia.

Los Pactos de Madrid: Un Punto de Inflexión

Los Pactos de Madrid marcaron un antes y un después en la relación bilateral. A cambio de ayuda económica y el fin de su aislamiento internacional, España permitió el establecimiento de bases militares estadounidenses en Zaragoza, Torrejón, Morón y Rota. Washington convirtió a Franco en un aliado clave en la lucha contra el comunismo, estableciendo un patrón que se mantendría durante décadas: Estados Unidos brindando protección militar y España ofreciendo colaboración en la hegemonía geopolítica estadounidense (Munárriz, 2025).

La entrada de España en la OTAN en 1982, ratificada mediante referéndum en 1986, consolidó aún más esta relación. Sin embargo, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha puesto a prueba los cimientos de esta alianza.

Trump: Un «Punto de No Retorno»

Según Daniel Fernández, profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Carlos III, la falta de compromiso militar de Trump con la UE, sumada a sus políticas proteccionistas, representa un «punto de no retorno» para la relación entre España y Estados Unidos (Munárriz, 2025). Fernández (2023) argumenta que España siempre ha sido un aliado leal, confiando en la reciprocidad de esta relación. Sin embargo, las acciones de Trump han sembrado la duda sobre la fiabilidad de Estados Unidos como socio.

Para Fernández (2023), la historia también juega un papel importante. A diferencia de otros países europeos que vieron a Estados Unidos como un liberador del fascismo, España recuerda el apoyo estadounidense a la dictadura franquista, lo que ha generado un sentimiento de ambivalencia hacia la potencia norteamericana.

El Antiamericanismo en España

Los estudios del German Marshall Fund revelan que el antiamericanismo es comparativamente alto en España. En 2023, un 39% de los españoles consideraba que la influencia de Estados Unidos en el mundo era «negativa», en comparación con un 30% en otros 14 países (Munárriz, 2025). Una encuesta reciente de Yougov muestra una disminución en la voluntad de ayudar militarmente a Estados Unidos, tanto en España como en otros países europeos.

Estos datos sugieren que la llegada de Trump ha exacerbado el sentimiento de desconfianza hacia Estados Unidos en la sociedad española. La retórica proteccionista y la falta de compromiso con la seguridad europea han generado incertidumbre sobre el futuro de la relación bilateral.

¿Qué le espera a la relación entre España y EE. UU.?

Carlota García Encina, investigadora sobre Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano, reconoce que la «disrupción» de Trump genera «incertidumbre» sobre el futuro de la relación (Munárriz, 2025). Sin embargo, García Encina insta a la prudencia y sugiere que España podría aprovechar el enfoque bilateralista de Trump para mejorar su posición.

A pesar de la incertidumbre, García Encina descarta escenarios catastróficos, como la pérdida del apoyo estadounidense en caso de conflicto con Marruecos o el traslado de las fuerzas desplegadas en Rota. En su opinión, la geopolítica no es un juego de suma cero, y Estados Unidos puede mantener buenas relaciones con Marruecos sin abandonar sus compromisos con España.

Coral Morera, autora de Entre la admiración y el rencor. Estados Unidos y la prensa española ante el final de la Guerra Fría (2015), considera que la llegada de Trump complica una situación que ya se venía deteriorando. Morera argumenta que Estados Unidos siempre ha mostrado poco interés en España, y que la diferencia con Trump es que no disimula esta falta de interés. En su opinión, las relaciones bilaterales están lastradas por una «incomprensión» del pragmatismo estadounidense y por un «antiamericanismo de pose intelectual» que se exacerba con los presidentes republicanos.

En resumen, las relaciones entre España y Estados Unidos están atravesando un momento delicado. La administración de Donald Trump ha puesto a prueba la solidez de esta alianza histórica, sembrando dudas sobre la fiabilidad de Estados Unidos como socio. Aunque el futuro es incierto, España deberá navegar con prudencia en estas aguas turbulentas, buscando mantener un equilibrio entre sus intereses nacionales y sus compromisos internacionales.