Repsol respalda la transición energética y anuncia mejoras para los accionistas

Repsol ha celebrado el 11 de mayo su Junta General de Accionistas, en la que se ha respaldado la estrategia de transición energética de la compañía para convertirse en una empresa neutra en emisiones en 2050. El consejero delegado, Josu Jon Imaz, ha anunciado una notable mejora del 30% en la retribución al accionista en 2024, con 0,90 euros por acción, lo que supondrá un total de 4.600 millones de euros en dividendos. Además, se prevé una retribución creciente del 3% anual.

Objetivos de inversión y transición energética

La Actualización Estratégica 2024-2027 de Repsol contempla la destinación de hasta 5.400 millones de euros en recompra de acciones, lo que permitirá sumar una remuneración total al accionista de 10.000 millones de euros durante el periodo señalado. En los próximos cuatro años, Repsol tiene previsto invertir entre 16.000 y 19.000 millones de euros, con más del 35% de estas inversiones dirigidas a iniciativas bajas en emisiones.

El consejero delegado ha subrayado que, si bien algunos piden una mayor inversión en petróleo y diésel, la compañía debe prepararse para el futuro, mientras que otros solicitan un proceso de descarbonización más rápido. En este sentido, ha destacado la necesidad de atender las necesidades energéticas actuales de la sociedad.

Estrategia de descarbonización y regulación

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha defendido el compromiso de la empresa con la lucha contra el cambio climático, asegurando que la toma en serio en cada una de sus acciones estratégicas para convertirse en una empresa descarbonizada. Ha instado a Europa a reflexionar sobre la regulación, ya que una regulación adecuada proporciona señales claras y permite la inversión.

Brufau ha puesto como ejemplo la ley IRA (Inflaction Reduction Act) de Estados Unidos, que ofrece incentivos para la inversión a través de la zanahoria, en contraste con la legislación europea, que se centra en apoyar a las industrias reguladas, como la energía eléctrica, que no enfrenta competencia externa, descuidando así a otras industrias.

Ha enfatizado que la transición hacia una economía baja en carbono solo será posible si se respeta la neutralidad tecnológica y se permite la competencia entre todas las tecnologías. Ha criticado el enfoque de las políticas europeas en potenciar la electricidad, que representa solo el 22% del consumo final de energía en España, dejando de lado el gas natural y los combustibles renovables.

Críticas a la regulación y apuesta por los biocombustibles

Brufau ha señalado la necesidad de mejorar la calidad regulatoria en Europa, donde se tiende a regular e incluso prohibir en exceso. Ha reconocido la complejidad del escenario internacional, con cada país de la UE con sus propias normas mercantiles, jurídicas y fiscales, lo que dificulta la creación de un mercado único europeo.

En este contexto, ha criticado el impuesto extraordinario del Gobierno español a las energéticas, que considera una desventaja competitiva frente a otros países. También ha pedido una definición más equilibrada de las ayudas públicas de Estado, ya que la legislación actual permite a cada país decidir qué tipo de ayudas concederá a las empresas consideradas importantes para la descarbonización.

Brufau ha destacado la apuesta de Repsol por la producción de biocombustibles como vía para crear una nueva industria y transformar las unidades industriales que actualmente trabajan con combustibles fósiles. Ha subrayado el papel de estos combustibles líquidos en la descarbonización de la movilidad, especialmente en los sectores que no pueden ser electrificados.

  • Repsol refuerza su compromiso con la transición energética.
  • Inversiones millonarias en energías renovables y bajas en carbono.
  • El presidente de Repsol defiende la neutralidad tecnológica y critica la regulación excesiva.