Jerome Powell anuncia el triunfo contra la inflación en Estados Unidos

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha anunciado en la conferencia económica anual celebrada en Jackson Hole que la inflación está bajo control y que se prevé que descienda hasta el objetivo del 2% fijado por la FED. Este anuncio allana el camino para un progresivo descenso de los tipos de interés, que comenzará con toda probabilidad el próximo mes de septiembre. El periodo de restricción monetaria en Estados Unidos parece llegar a su fin, como lo ha interpretado el mercado. El bono del Tesoro a dos años, que refleja las expectativas sobre los tipos de interés, ha caído hasta el 3,91%, mientras que el dólar se ha depreciado un 0,8% y el S&P ha repuntado.

El empleo, clave para la política de la Reserva Federal

El mensaje de Powell está estrechamente ligado a la evolución del desempleo en los últimos meses. La FED, a diferencia de otros bancos centrales, tiene un doble mandato: la estabilidad de precios y el pleno empleo. Desde esta perspectiva, los economistas de la FED consideran que, una vez controlada la inflación, es necesario evitar que aumente el paro. Ciertamente, aunque el desempleo ha aumentado desde su nivel más bajo de finales de 2023 hasta el 4,3%, sigue estando en niveles históricamente bajos. En este sentido, es interesante hacer algunas consideraciones.

Búsqueda de equilibrio entre inflación y desempleo

Antes de la crisis de la COVID-19, la economía estadounidense se caracterizaba por la combinación de bajo desempleo y baja inflación. Entre 2009 y 2019, el paro descendió del 10% al 4% sin que se produjera un aumento del nivel general de precios; es decir, ni siquiera en el corto o medio plazo se produjo una relación de intercambio entre ambas variables en la dirección señalada por la curva de Phillips. En otras palabras, la tesis según la cual una tasa de paro reducida implica que las empresas compiten por los trabajadores, lo que a su vez provoca un aumento de los salarios y, por tanto, de la inflación, se ha demostrado falsa una vez más.

El fuerte repunte inflacionario en Estados Unidos, así como en la Eurozona y otras economías desarrolladas, se debió a la política de la FED, que permitió e impulsó un crecimiento de la cantidad de dinero en circulación, medida por la M3, muy superior al de la producción. Asimismo, el endurecimiento de la estrategia del banco central estadounidense es la única explicación del descenso del ritmo de incremento del nivel general de precios experimentado por la economía estadounidense. Lo irónico es que Powell reivindica ahora el éxito de la restricción monetaria para frenar la dinámica inflacionaria, pero atribuye a factores ajenos a los monetarios la oleada inflacionista anterior.

El temor a la recesión gana terreno

El mensaje de Powell está muy ligado a la evolución del desempleo en los últimos meses. La FED, a diferencia de otros bancos centrales, tiene un doble mandato: la estabilidad de precios y la consecución del pleno empleo. Esto ayuda a entender el actual énfasis en suavizar la política de la FED para evitar que el paro aumente y, en última instancia, que su alza sea un signo de una posible contracción de la actividad económica; es decir, el temor a la inflación de la FED ha dado paso al temor a una recesión o, al menos, a un debilitamiento sustancial de la economía.

Más allá de otras consideraciones, los indicadores de las expectativas de los consumidores, las empresas y los inversores no parecen apuntar en esa dirección. Sin duda, pueden equivocarse, como ha ocurrido en otras ocasiones, pero, en cualquier caso, los datos de empleo no son, en estos momentos, un indicador fiable.

La inmigración, factor determinante en el mercado laboral

Por un lado, como se ha señalado, el paro se encuentra en niveles bajos en términos históricos y su moderado repunte no se debe a que las empresas estén realizando despidos, sino al fuerte aumento de la oferta laboral generado por la intensa afluencia de inmigrantes. No se están destruyendo puestos de trabajo, sino que no se crean nuevos al ritmo y en el volumen necesarios para absorber un enorme flujo migratorio.

Esto no anticipa una fase recesiva. En consecuencia, si los datos de desempleo son la razón principal por la que la FED suaviza su actuación, se trata de un error de análisis.

Más allá de otras consideraciones, los indicadores de las expectativas de los consumidores, las empresas y los inversores no parecen apuntar en esa dirección. El comportamiento de la economía estadounidense ha sorprendido a la mayoría de los economistas en 2023 y en lo que va de 2024. Hasta la fecha, y contando con los retrasos propios de la política monetaria, los efectos de la aplicada por la FED no han tenido el impacto negativo previsible sobre la demanda agregada. La fuerte contracción experimentada por los agregados monetarios ha sido determinante para reducir la inflación, pero no ha provocado, al menos por el momento, una recesión.

Recomendaciones para la política monetaria

En este contexto, el banco central estadounidense debería mantener su actual política monetaria hasta alcanzar el objetivo de inflación del 2%. Esta tesis, sin duda impopular, es también aconsejable a la vista del populismo económico que define los programas de los candidatos a la Presidencia, que, de aplicarse, prometen sorpresas muy desagradables.