Federico Sturzenegger asume como ministro de Desregulación y Transformación del Estado
El expresidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, juró este viernes como nuevo ministro de Desregulación y Transformación del Estado en el Gobierno de Javier Milei. El economista, que también es asesor del Gobierno, asume el cargo con el objetivo de impulsar su primer proyecto legislativo: la "ley Hojarasca".
Prioridades de Sturzenegger
En sus primeras declaraciones, Sturzenegger remarcó que su prioridad será "la agenda de la libertad económica". "Está esa famosa frase de que 'a más leyes, menos Justicia hay'. Yo creo que Argentina está sobrecargada de normas y regulaciones y el Presidente me ha pedido que avancemos en sacarle ese pie encima a la actividad productiva, que es una de las maneras más eficaces que tenemos de promover la actividad económica, el empleo y el crecimiento".
Posteriormente, expresó que su segundo objetivo será "la transformación del Estado". "Se ha aprobado la ley Bases, que le da al Gobierno un año para encarar el proceso de reforma del Estado". "Me parece importante recalcar la frase del Presidente: 'No hay plata'. Cada peso que gasta el sector público es un peso que alguien paga, ya sea con impuestos o con impuesto inflacionario, que se paga con la pérdida del valor del dinero".
Reforma del Estado
Sturzenegger confirmó su intención de "desarrollar una carrera administrativa": "La agenda de transformación es acompañar la reforma del Estado usando las facultades de la Ley Bases. También desarrollar una carrera administrativa cuyo aspecto esencial será un examen de ingreso a la función pública como el que se usa en los países con servicio civil profesional".
Y agregó: "El examen de ingreso anónimo permitirá dejar atrás la pesadilla de un Estado plagado de ñoquis o acomodados políticos que los argentinos de bien no merecen y que violan el espíritu de nuestra Constitución de separar la política de la administración".
En la misma línea, Sturzenegger señaló que "la estabilidad del empleado público se entiende para evitar que un gobierno cambie a los funcionarios para reemplazarlos por adictos. El Kirchnerismo usó este loable objetivo para lo contrario: llenando al Estado de militantes cada vez que termina un mandato".