Escuelas Privadas Enfrentan Duro Aumento de Cuotas
Con la llegada del mes de marzo, los padres y madres de familia se encuentran en vilo frente al inevitable aumento en las cuotas de las escuelas privadas. La inflación, que ha alcanzado picos del 206% en enero y 255% en diciembre, pone en perspectiva los desafíos que las instituciones de enseñanza deben afrontar para mantener la calidad educativa sin comprometer la economía familiar. ¿Cómo se ajustarán los aranceles en este contexto inflacionario? La incertidumbre crece con la cercanía del inicio del ciclo lectivo.
En el caso específico de la Provincia de Buenos Aires, las cifras son reveladoras. De las 6.300 escuelas privadas, 4.400 son subvencionadas y se les ha autorizado un aumento del 30% a partir de marzo. Aquellas sin subvención estatal enfrentan la posibilidad de incrementar sus cuotas entre un 40% y 50%. Estos números cobran un relieve especial cuando se considera que, según Martín Zurita, el costo laboral representa entre el 80% y el 90% de la cuota escolar, lo que significa que cualquier aumento salarial tiene un impacto directo en lo que pagan las familias.
Por otro lado, Mendoza anticipa subas de hasta el 50% tras la autorización del primer incremento bimestral del 2024 por parte de la Dirección General de Escuelas (DGE), basado en la inflación de enero del 19,5%. Las cuotas, que oscilan entre los $12.000 y los $30.000, podrían ascender a $50.000 en el límite superior, generando un escenario de tensión para los hogares que se preparan para el regreso a clases el 26 de febrero.
En este contexto, las escuelas privadas reclaman nuevos aumentos ante el desfasaje de costos, siendo la inflación y las paritarias de docentes dos factores determinantes. La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia trabaja en la aprobación de los nuevos aranceles, mientras las familias deben también atender los gastos adicionales como los útiles escolares.
Esta situación, además, es complicada por el decreto 814 de 2001, que regula la exención del pago de aportes patronales para los establecimientos privados de educación. Hasta ahora, la prórroga de dicho decreto sigue en suspenso, añadiendo una cuota más de incertidumbre al escenario actual. Los colegios, mientras tanto, se ajustan como pueden, revisando costos y proyecciones económicas para enfrentar los retos del ciclo lectivo que está por comenzar.