Magyar Vagon y Talgo: nace un gigante ferroviario europeo
El grupo industrial húngaro Magyar Vagon y la española Talgo aúnan fuerzas para crear un fabricante de trenes con un volumen de ingresos anuales de 1.000 millones de euros. Esta operación supone un salto del 53,4% sobre los 652 millones de euros que Talgo facturó en 2023.
El consorcio húngaro Ganz Mavag ha trasladado a las autoridades españolas el plan industrial de esta fusión, junto con la información financiera sobre la oferta pública de adquisición (opa) lanzada el pasado 7 de marzo.
Integración de capacidades
El documento, al que ha tenido acceso Cinco Días, describe las enormes posibilidades de esta integración, evitando así el rechazo por parte del Gobierno de Pedro Sánchez a la operación. El consorcio lo lidera Magyar Vagon, con el 55% del capital de Ganz Mavag, y el fondo estatal húngaro Corvinus, que posee el 45% restante.
Si finalmente se aprueba el cambio de control, el siguiente paso será clonar la planta alavesa de Rivabellosa en la localidad húngara de Dunakeszi, donde el fabricante Dunakeszi Jarmüjavító (DJJ), filial de Magyar Vagon, cuenta con capacidad ociosa. Sus 68.000 metros cuadrados, donde se ensamblan trenes ligeros y de mercancías, superan los 64.000 metros cuadrados que suman las dos plantas españolas de Talgo en Las Matas (Madrid) y Rivabellosa.
La factoría húngara que sirve de base para el plan de Magyar Vagon fue adquirida en 2020 a Rusia, en el contexto de las sanciones de la UE al país de Vladimir Putin por la invasión de Ucrania.
Adaptación y refuerzo
Talgo mantendrá sus dos fábricas españolas. Los potenciales nuevos propietarios adaptarían Dunakeszi a los estándares de producción de la compañía española. La inversión inicial, según especifica la documentación de Ganz Mavag, se estima en 50 millones de euros en un periodo de 12 a 18 meses.
Durante la modernización de la mayor fábrica de DJJ, donde trabajan 850 empleados, Magyar Vagon desplazará a España entre 80 y 100 técnicos, diseñadores e ingenieros para equiparar sus conocimientos sobre los procesos de producción de Talgo a los de la plantilla española. Este equipo participará en la producción de los tres primeros trenes en Rivabellosa para, posteriormente, regresar a Hungría e iniciar su actividad allí.
En el viaje de retorno, se unirán entre 30 y 40 empleados de Talgo, con picos de hasta 80 profesionales, para supervisar las operaciones. El equipo incluirá ingenieros, supervisores de calidad, técnicos de gestión de suministros, planificación y coordinadores de planta.
Crecimiento y expansión
Ganz Mavag espera que la unión de Magyar Vagon y Talgo logre, en una primera fase, entre un 6% y un 7% de cuota de mercado.
Talgo, que cuenta con una cartera de actividad valorada en 4.100 millones de euros y unas cifras históricas de contratación, tiene dificultades para sacar adelante los pedidos debido a su limitada capacidad industrial. Los impulsores de la opa pretenden solucionar este atasco duplicando la capacidad de producción.
La nueva Talgo, que cotizará en España, pasaría de producir 340 a 640 coches anuales, según las estimaciones de Magyar Vagon. Además, se reforzaría en el creciente negocio del mantenimiento de flotas.
Un mayor potencial de fabricación, también de locomotoras y ejes, permitiría a Talgo abordar nuevos proyectos y aumentar el ritmo de entregas ya comprometidas. La compañía tiene importantes contratos con Renfe, la alemana Deutsche Bahn y la danesa DSB, entre otros.
Competencia y veto
Magyar Vagon ha centrado su interés en una empresa relevante en el segmento de la alta velocidad, aportando su capacidad comercial y su capacidad industrial para abordar los mercados de Europa del Este y Asia Central.
A su juicio, el aumento de tamaño permitirá a Talgo acceder en mejores condiciones al mercado de financiación y de proveedores, rivalizando con gigantes del sector como Alstom, Siemens, Stadler o la china CRRC, además de la española CAF.
Con estas expectativas se formuló la oferta de adquisición a cinco euros por acción, lo que supone una inversión total de 619 millones de euros. El folleto, con el plan de actuaciones, está en poder de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que lo aceptará o solicitará enmiendas una vez que el Gobierno emita su opinión al respecto.
El plazo se extiende hasta finales de junio y el informe que sustentará la postura del Ejecutivo, con derecho a veto, está siendo elaborado por la Junta de Inversiones Exteriores. Este organismo ha solicitado información adicional a Ganz Mavag sobre sus integrantes y sus planes para las patentes de la firma industrial española.
Varios ministerios, como los de Industria y Transportes, han calificado a Talgo como estratégica, lo que podría ser un indicio de un posible veto a una oferta extranjera. El ministro Óscar Puente ha asegurado que se hará todo lo posible por impedir la opa húngara.
Preocupa la cercanía del consorcio al Ejecutivo del ultraderechista Viktor Orban, además de las sospechas sobre sus vínculos con el régimen de Putin.
El Ministerio de Transportes lidera la búsqueda de posibles inversores industriales para Talgo, tras lograr que CriteriaCaixa se convierta en posible socio financiero para una opa alternativa a la húngara.
En un primer momento, los contactos con fabricantes de material ferroviario con actividad en España no dieron resultados. Talgo no encaja en los planes de Alstom, Stadler o CAF, así que se han establecido contactos en Europa, como por ejemplo con la checa Skoda Transportation.
Esta semana ha trascendido en prensa el ofrecimiento de Talgo a la firma española de defensa Escribano, que ha declinado hacer comentarios.
En el capital de Talgo, los tres integrantes del primer accionista, la instrumental Pegaso, han confirmado su intención de adherirse a la opa de Ganz Mavag. Son el fondo Trilantic y las sociedades de inversión de las familias Abelló y Oriol, con una participación combinada del 40%.