Donald Trump, el aspirante republicano a la presidencia, está moviendo los mercados con sus palabras, a pesar de no ser el actual presidente de Estados Unidos. Sus filias y fobias son conocidas, y a medida que se acercan las elecciones de noviembre, gana peso el llamado "Trump Trade". Este consiste en invertir o desinvertir según el impacto que pueda tener la victoria del líder republicano en determinadas acciones.
Sectores beneficiados por una victoria de Trump
Las petroleras, los fabricantes de armas, los operadores de prisiones privadas, los bancos y las aseguradoras se frotan las manos ante la posibilidad de una victoria de Trump. Por otro lado, las empresas exportadoras, las de energías renovables, las de chips y las de coches eléctricos temen las consecuencias de un aumento de aranceles y del negacionismo climático de Trump.
El papel de la inteligencia artificial y las criptomonedas
Otros interesados que se juegan mucho dinero en las elecciones son los defensores de las criptomonedas. El cambio de discurso de Trump sobre estos activos digitales para atraer a millones de votantes potenciales que invierten en ellas está convirtiendo claramente al Partido Republicano en la formación elegida por quienes depositan su papeleta pensando en políticas amigables con las criptomonedas.
Las compañías de inteligencia artificial (IA) también pueden aprovecharse de las intenciones desregulatorias de Trump, partidario de derogar las leyes aprobadas por Biden en ámbitos como la privacidad, la seguridad o la discriminación por parte de los algoritmos.
Riesgos de una victoria de Trump
Sin embargo, las medidas de Trump también representan riesgos para el mercado. Si el proteccionismo crece a golpe de aranceles y la batalla contra la inmigración se recrudece, la llamada "Trumpflación" puede ser una realidad.
Recomendaciones de inversión
Los expertos recomiendan mantener la exposición a los gigantes de tecnologías de la información de EE. UU., pero asignar capital nuevo en acciones cíclicas como las de pequeña y mediana capitalización y las industriales.
También se apuesta por invertir en compañías europeas expuestas a EE. UU., que obtengan allí al menos un 55% de sus ingresos.