En medio de la reciente crisis diplomática entre Venezuela y España, el gobierno venezolano está tratando de tranquilizar a la petrolera española Repsol sobre sus inversiones en el país. Esta situación se produce tras las críticas formuladas por la ministra española de Defensa, Margarita Robles, quien calificó al régimen de Maduro de dictadura.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, ha ordenado a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, que se reúna con directivos de Repsol para asegurarles que los planes de cooperación energética y las alianzas con empresas como Repsol siguen avanzando. Esta medida contrasta con la postura del presidente de la Asamblea Nacional, el chavista Jorge Rodríguez, quien amenazó con romper todas las relaciones diplomáticas, consulares y económicas con España.
Repsol, un socio clave para Venezuela
Repsol, presente en Venezuela desde 1993, reanudó sus operaciones de extracción de petróleo a pleno rendimiento hace un año gracias a la flexibilización temporal del embargo estadounidense. Actualmente, Repsol es la única empresa europea autorizada por Washington para operar en Venezuela.
Las importaciones de crudo venezolano se han multiplicado en los últimos meses, convirtiendo a Venezuela en el quinto mayor proveedor de España, con una cuota superior al 7%. El petróleo venezolano ha sustituido al ruso, sancionado por la UE. Las exportaciones han permitido a Repsol reducir su nivel de exposición en Venezuela e iniciar proyectos con la estatal PDVSA para aumentar la producción de los campos que explotan conjuntamente.
La industria petrolera venezolana, tecnológicamente obsoleta, necesita socios como Repsol para modernizarse. La sustitución por petroleras chinas o indias requeriría tiempo, y el petróleo es prácticamente la única fuente de divisas del país.
La crisis diplomática no afectaría las relaciones económicas
Fuentes diplomáticas creen que la crisis diplomática entre los dos países no afectará a las relaciones comerciales y económicas, al menos en el sector petrolero. El Ministerio español de Asuntos Exteriores no aplicará la reciprocidad ni llamará a consultas al embajador español en Caracas para evitar alimentar la espiral.
Sin embargo, las mismas fuentes reconocen que el régimen de Maduro es imprevisible, especialmente si se ve acorralado por la comunidad internacional. En los próximos días, el Parlamento Europeo votará, a propuesta del PP, una resolución que reconoce a Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones de julio, en contra de lo que afirma Maduro. Estados Unidos, que ha reconocido la victoria de González Urrutia, podría endurecer las sanciones, lo que obligaría a Repsol a suspender sus actividades.