La venganza del hijo de un narco asesinado 26 años después
Hace 26 años, el narco gallego Ramón Cores Caldelas fue asesinado a tiros y su cuerpo quemado dentro de su coche. Su hijo Antonio, que entonces tenía 12 años, presenció el brutal crimen. Ahora, Antonio ha sido detenido por apuñalar a uno de los dos implicados en el asesinato de su padre, Arturo García Lamas.
Un ajuste de cuentas pendiente
El enfrentamiento entre Antonio Cores y Arturo García viene de lejos. García fue condenado a 19 años de cárcel por su implicación en el asesinato de Cores Caldelas, pero solo cumplió dos años tras recurrir la sentencia. Este hecho enfureció a la familia de la víctima, que considera que García no pagó lo suficiente por su crimen.
En los últimos años, Antonio Cores y Arturo García han tenido varios altercados. El más grave ocurrió el pasado 15 de septiembre, cuando Antonio apuñaló a García en una terraza de un bar de Vilagarcía de Arousa. García resultó herido de gravedad, pero logró sobrevivir.
Antonio Cores ingresa en prisión
Tras el ataque, Antonio Cores se entregó a la policía. Fue acusado de tentativa de asesinato e ingresó en prisión sin fianza. El juez considera que hay indicios suficientes para creer que Antonio actuó con ánimo de venganza.
Un asesinato sin resolver
El asesinato de Ramón Cores Caldelas sigue sin resolverse. La policía cree que el móvil del crimen fue el robo, pero no se ha podido demostrar quién fue el autor material de los disparos.
El único condenado por el crimen, Arturo García, siempre ha mantenido su inocencia. Dijo que solo fue testigo del asesinato y que no tuvo nada que ver con la muerte de Cores Caldelas.
El caso Cores Caldelas es uno de los crímenes más violentos de la historia del narcotráfico en Galicia. El asesinato de un narco a manos de su propio hijo 26 años después es un hecho sin precedentes que ha conmocionado a la sociedad gallega.