El peso de la deuda: la inflación alivia, pero la desinflación amenaza

Las economías avanzadas se enfrentan a una elevada deuda pública, según advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la verdadera magnitud de esta deuda está saliendo a la luz debido a la desinflación.

Inflación: un respiro para las arcas públicas

El brote inflacionario ha perjudicado a los consumidores, pero ha proporcionado cierto alivio a las arcas públicas. En 2023, la deuda española aumentó en 71.000 millones de euros, pero su peso en la economía se redujo notablemente, con una ratio de pasivos sobre el PIB que descendió en 4,4 puntos porcentuales hasta el 105,1%. Esta mejora se debe principalmente al efecto de la inflación, que revalorizó el PIB en términos nominales y aumentó la recaudación fiscal.

Desinflación: un desafío para la deuda

Ahora que los precios se moderan, la dinámica de la deuda dependerá de la capacidad para corregir el déficit presupuestario, la intensidad del crecimiento económico y la relación entre ambos factores. A pesar del elevado nivel de deuda, España se encuentra en una situación menos incómoda que otros países europeos gracias al dinamismo de su economía.

Medidas de contención necesarias

Teniendo en cuenta el recorte de los tipos de interés, un ajuste de 8.000 millones de euros sería suficiente para contener los déficits y colocar la deuda en una senda descendente. Este esfuerzo sería asumible y no sacrificaría la inversión. Es crucial evitar la inacción, ya que podría conducir a una situación de vulnerabilidad y limitar la capacidad de reacción ante posibles crisis.

El impacto de las medidas presupuestarias

Las medidas presupuestarias deben diseñarse para sostener el ciclo expansivo, evitando recortar la inversión o desaprovecharla. El caso de la vivienda es paradigmático: la escasez de viviendas asequibles amenaza el crecimiento a medio plazo y es un grave problema social.

Vulnerabilidad ante la inacción

Los pronósticos coinciden en un escenario favorable para la economía española, pero el déficit público no se está corrigiendo. Bajo la hipótesis de políticas constantes, el déficit público se estancaría en torno al 3%, incumpliendo las reglas fiscales europeas. Es hora de adoptar medidas de contención que sostengan el ciclo expansivo.