En el Estado de México, alrededor de 1.2 millones de viviendas se encuentran en zonas de riesgo, situadas en barrancas, ríos y áreas peligrosas. Esta alarmante cifra fue revelada durante la instalación de la comisión de Desarrollo Urbano, donde los diputados expresaron la urgente necesidad de reforzar las leyes para evitar el crecimiento desmedido e irregular de la población.
Medidas para prevenir riesgos
Los legisladores enfatizaron la importancia de revisar el Libro Quinto del Código Administrativo, que aborda temas relacionados con el desarrollo urbano. El diputado Gerardo Pliego Santana destacó que el 87% de la población mexiquense reside en centros urbanos, mientras que solo el 13% habita en zonas rurales. Por lo tanto, es crucial garantizar la movilidad, la planeación estratégica y la implementación de planes de desarrollo no solo municipales, sino también regionales e intermunicipales.
El diputado Carlos Alberto López señaló el notable crecimiento de ciertas zonas, lo que ha generado demandas insatisfechas. Karin Carballo hizo hincapié en la necesidad de escuchar a los municipios, ya que en algunos casos el desarrollo ha sido desmedido e irregular. Por ello, es urgente adoptar nuevas estrategias para armonizar y contener el crecimiento.
El diputado Mariano Camacho habló sobre el aumento de la migración hacia la entidad, lo que exige un crecimiento ordenado, garantías de servicios y protección del medio ambiente. También destacó la importancia de actualizar constantemente los planes de desarrollo urbano y los atlas de riesgo.
Por su parte, Adrián Negrete consideró necesario dotar a las dependencias municipales y estatales de instrumentos jurídicos que garanticen un crecimiento ordenado, con movilidad, vivienda digna y un mejor nivel de vida.
Trabajo conjunto con la UNAM
Tras los deslaves ocurridos en zonas habitacionales de Naucalpan y Jilotzingo el mes pasado, el gobierno del Estado de México anunció su colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para evaluar los posibles riesgos. También se están analizando otros puntos críticos como Ecatepec, Coacalco, Ciudad Nezahualcóyotl, Valle de Chalco, Ixtapaluca y Nicolás Romero, donde las laderas pobladas representan una amenaza latente ante deslaves o sismos.