La princesa Ana de Inglaterra sufre un accidente y es hospitalizada
La princesa Ana de Inglaterra, de 73 años y hermana menor del rey Carlos III, ha sufrido un traumatismo y lesiones menores tras sufrir un accidente el domingo 23 de junio en su casa de Gatcome Park, en el oeste de Inglaterra. La princesa está ingresada en el hospital como medida de precaución, según ha anunciado el Palacio de Buckingham este lunes en un comunicado, añadiendo que “se encuentra bien” y se espera “que se recupere completamente”, aunque quien es uno de los miembros más activos de la familia real británica anulará sus compromisos de los próximos días.
Antecedentes
La princesa Ana es una figura muy querida en el Reino Unido y es conocida por su trabajo en favor de numerosas organizaciones benéficas y causas sociales. También es una consumada jinete y ha representado a Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos.
Detalles del accidente
El accidente se produjo mientras la princesa Ana caminaba por los terrenos de su finca de Gatcome Park. Se cree que fue herida por un caballo, aunque el Palacio de Buckingham no ha confirmado la causa de las lesiones. La princesa fue atendida inicialmente por los servicios de emergencia en el lugar del accidente y luego fue trasladada al Hospital Southmead de Bristol, donde permanece ingresada bajo observación.
Reacciones
El rey Carlos III y otros miembros de la familia real han expresado su preocupación por la princesa Ana y le han deseado una pronta recuperación. El primer ministro, Boris Johnson, también ha enviado sus mejores deseos a la princesa.
Implicaciones
El accidente de la princesa Ana ha obligado a cancelar una serie de sus compromisos, entre ellos una visita a Canadá prevista para finales de esta semana. También se espera que se pierda el banquete en honor de los emperadores de Japón, que visitan oficialmente el Reino Unido esta semana.
La princesa Ana es la encargada de llevar a cabo un tercio de los compromisos reales y su ausencia supondrá un importante problema para la familia real. Es probable que otros miembros de la familia, incluido el propio rey Carlos III, tengan que asumir más compromisos en su ausencia.