Regresa "Al bárbaro le doy paz", una obra que lleva a escena el universo de María Elena Walsh

Vuelve al escenario "Al bárbaro le doy paz", de Pablo Gorlero, una obra para público adulto que explora el universo de María Elena Walsh, una creadora que ha marcado la vida de varias generaciones.

Con las actuaciones de Mariano Magnífico, Flavia Pereda, Julián Pucheta y Déborah Turza, la obra en formato de varieté se despliega a través de cuatro figuras representativas de la dialéctica de Walsh. Diferentes facetas de su personalidad son interpretadas por La enamorada, La que protesta, El hombre niño y Magoya.

El universo de María Elena Walsh en el escenario

Dirigida por Pablo Gorlero y con dirección vocal y musical de Juan Ignacio López, la obra se presentará todos los sábados a las 21:30 en Andamio '90. Conversamos con Pucheta y Turza, dos de los protagonistas, para conocer más sobre esta propuesta.

"Está basada en sus textos y canciones, claro que las más conocidas son aquellas con las que crecimos desde el jardín de infantes. Esa mordacidad e ironía, esa visión tan particular del mundo, que la hizo luchar y ser una prócer cultural. Gorlero hilvanó a esos cuatro personajes que se relacionan mediante 'La cigarra', 'Barco quieto', 'Requiem para una madre', 'Tango Magoya', 'Los ejecutivos', etc.", explica Pucheta.

"Es una obra en formato de varieté como tanto le gustaba a ella. Los personajes representan diferentes facetas de María Elena con dedicadas al público adulto. Muchas fueron censuradas y olvidadas con lo que hay un rescate de ese material. Yo encarno a la María Elena que protesta, la más feminista y contestataria. Flavia Pereda es la enamorada, está el hombre niño, Mariano Magnífico y Pucheta es Magoya. Son las diferentes María Elenas que habitaban en ella", agrega Turza.

Infancia y adultez: ¿dos mundos separados?

María Elena Walsh es conocida por su obra dirigida al público infantil, pero esta obra explora una faceta menos conocida de su trabajo. "Estoy en un dilema de qué es para chicos y qué no. Claro que uno asocia con 'A tomar el té' y otras hermosas canciones. No me cabe duda de que perdemos la capacidad de imaginar mientras vamos creciendo, vamos teniendo un pensamiento más limitado en ese sentido, nuestro cerebro se mete en otro mood", reflexiona Pucheta.

"Haciendo esta obra redescubrí a María Elena desde otro lugar, se ve otra faceta, se conoce otra parte de su obra y con otra mirada. Hay canciones que están en un lugar de nuestro corazón y nos trasportan al momento más feliz de nuestra vida, la infancia, donde se cuece todo. Revisitar a esa María Elena es volver desde el lugar que estamos ahora", añade Turza.

El teatro musical hoy

La escena del teatro musical en Argentina atraviesa un momento de gran efervescencia. "Veo la cartelera rebosante y somos una meca del teatro independiente, somos semillero y hay un nicho de público para eso. Encontramos nuevas formas de contarnos desde el musical y el teatro está virando a que las obras tengan música que sea el hilo dramático. Ahora todo tiene música en vivo, es grandioso", celebra Pucheta.

"El teatro y el musical tienen gran lugar, son un tesoro que hay que cuidar. Hay grandes musicales excelentes y otros off creados acá desde la autogestión, con una marca argentina muy particular. Acá con dos o tres cosas armamos magia, eso es espectacular. Celebro que el teatro argentino está 'Vivito y coleando' y ahí menciono a Midón y Gianni que son un legado que continúa", destaca Turza.

Cultura y resistencia

En un contexto difícil para la cultura, los artistas resisten y encuentran nuevas formas de expresarse. "Atacada y vapuleada, se la quiere hacer ver como demonizada por lo ideológico cuando la cultura es mucho más que el arte, es un canal para poder despertar al individuo, al otro, y crear tejido social. Siempre la cultura encuentra el camino. Hay democratización de las formas de expresión que acercan el arte a todos los rincones, que un pibe en una villa pueda hacer música, poemas, publicar un libro", afirma Pucheta.

"Estamos siendo muy golpeados, no es sólo una cuestión económica sino que hay más. María Elena tuvo muchas canciones censuradas que están en este espectáculo y se tuvo que exiliar. Estamos en un momento delicado al que hay que prestar atención. Sería muy triste no poder hablar de temas en ámbitos estatales. Hacer este espectáculo es aire fresco, es un lugar de resistencia y creo en la ternura, que es revolucionaria también", concluye Turza.