Alfonso Cuarón: "Ha habido puritanismo en el cine reciente, pero ya se está relajando"

"Es parte de la expresión humana"

Digamos solo que Cate Blanchett interpreta a una documentalista que esconde un secreto de juventud y cuyo destino se verá cruzado con los de otros dos personajes: un profesor viudo que busca venganza y un joven de vacaciones en la Italia de hace dos décadas.

La serie desprende una mirada triste sobre un mundo despiadado con la fragilidad ajena. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.

El sexo en el cine

La serie muestra el sexo de manera frontal, en un contexto en el que tiende a desaparecer del cine. Está en todas partes salvo en el audiovisual: en el arte, en la música, en el teatro, en las redes sociales…

“¡Y en tu teléfono!”, añade Cuarón.

“Está el sexo de explotación, sobre el que no tengo ningún juicio. Pero lo que yo hago es usar el sexo como expresión, para decir algo sobre los personajes e incluso sobre el espectador”, explica.

“¿No cree que está en vías de extinción?”, le preguntamos.

"Me gusta hacerme la vida complicada"

Cuarón es un director conocido por su perfeccionismo, algo que él mismo reconoce.

“No sé si es perfeccionismo, es solo mi proceso. La palabra perfeccionismo se usa de manera muy gratuita, a veces peyorativa. Más que perfeccionismo, tal vez sea solo que me gusta hacerme la vida complicada”, dice.

“En el primer episodio, la protagonista quema un libro. La escena transcurre de madrugada, en el momento en que la noche avanza hacia el primer destello del sol. Como todo está hecho en estudio, pasamos semanas estudiando la luz de Londres con el Chivo [su director de fotografía, Emmanuel Lubezki] para poder reproducir todos sus matices. Pude hacerlo todo más fácil: “Cate, baja y quema el libro”. Pero no…”, relata.

“Sin esfuerzo, ¿no hay ningún mérito?”, le preguntamos.

“Sí lo hay. Yo admiro mucho a mis amigos directores que ruedan una o dos películas al año. A lo mejor ellos son más sabios. Yo no tengo esa capacidad para dejar ir. Para mí, así es como tiene sentido el cine: cuando todo eso no es un adorno, sino una parte expresiva de lo que tratas de decir. La historia es solo una parte de lo que es el cine”, asegura.

El cine como antídoto

Las historias de Cuarón suelen encerrar un comentario social. En este caso, su mirada es desencantada y pesimista.

“Hasta que esas historias se vuelven nocivas”, le apuntamos.

“Sí, hasta que empiezan a tener efectos dañinos. Sucede lo mismo con las naciones. Construyen narrativas para crear un sentido de la identidad común, pero ocultan crímenes mayores que, tarde o temprano, van a florecer y tener efectos poco saludables”, afirma.

En este mundo de narrativas encontradas y contradictorias, Cuarón encuentra un antídoto: “Los afectos. Las relaciones afectivas. No veo nada más”, asegura.

Por eso, para él, el sexo es también una forma de expresión de esos afectos.

Esperanto, una lengua que le fascina

Para terminar, una simple curiosidad. ¿Por qué su productora se llama Esperanto?

“Me fascina como concepto. Me gusta el impulso de haber tratado de inventar algo así de improbable. En cierta manera, se parece al cine”, concluye.