Ana de Armas enciende las redes tras ser captada con hijastro de Díaz-Canel en Madrid

En medio de una polémica, Ana de Armas se encuentra en las tendencias de las redes sociales tras ser vista en Madrid junto a Manuel Anido Cuesta, hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel. Las fotografías han generado revuelo en Internet, desatando críticas y cuestionamientos.

Reacciones encontradas en las redes

Las fotografías de Ana de Armas besando a Anido han provocado reacciones encontradas en las redes sociales. Mientras algunos usuarios celebran el supuesto romance, otros critican a la actriz por su cercanía con una figura del régimen cubano.

Varios internautas han acusado a de Armas de ser insensible a las dificultades que enfrentan los cubanos bajo el gobierno de Díaz-Canel, conocido por sus políticas represivas y su historial de violaciones a los derechos humanos.

Vínculo familiar y político de Manuel Anido

Manuel Anido es hijo de Lis Cuesta Peraza, esposa de Díaz-Canel. Se desempeña como asesor legal del presidente y se le ha visto con frecuencia junto a él en eventos oficiales.

El vínculo familiar de Anido con el líder cubano ha generado revuelo, especialmente en el contexto político polarizado de Cuba. Algunos usuarios han cuestionado si la relación de Ana de Armas con Anido podría interpretarse como una normalización o un vínculo indirecto con el régimen.

Rumores previos sobre la relación

Los rumores sobre una posible relación entre Ana de Armas y Manuel Anido comenzaron a circular en mayo de 2024, cuando se les vio juntos en Cuba durante más de 10 días.

Sin embargo, esta es la primera vez que se publican fotografías de la pareja, lo que ha generado un renovado interés en su supuesto romance.

Implicaciones políticas y sociales

La relación entre Ana de Armas y Manuel Anido ha suscitado un debate sobre las implicaciones políticas y sociales de las celebridades que se asocian con figuras controvertidas.

Algunos argumentan que las celebridades tienen la responsabilidad de usar su plataforma para promover causas justas y denunciar las injusticias, mientras que otros creen que tienen derecho a su privacidad y sus relaciones personales.

El caso de Ana de Armas ha puesto de relieve la compleja relación entre el arte, la política y la responsabilidad social.