Bridget Jones: entre la misoginia y las relaciones intergeneracionales
La cuarta y última entrega de la saga Bridget Jones, titulada Bridget Jones: Loca por él, ya está en los cines, generando tanto expectativas como controversias. La película, que supone el regreso de Renée Zellweger como la icónica Bridget, ha reavivado el debate sobre el legado de la franquicia, especialmente en lo referente a acusaciones de misoginia y fat-shaming en las primeras películas.

Críticas y defensas
Desde su estreno en 2001, las películas de Bridget Jones han sido vistas como una representación de las inseguridades femeninas, pero también como un reflejo de los estereotipos y prejuicios hacia las mujeres. La protagonista, una mujer soltera con sobrepeso que enfrenta diversos problemas emocionales, ha sido criticada en ocasiones por promover la idea de que las mujeres deben cumplir con ciertos estándares de belleza para ser valoradas.
El director de la nueva entrega, Michael Morris, ha defendido las películas anteriores de estas acusaciones. En una entrevista con Variety, expresó su comprensión hacia las críticas, pero las ve desde una perspectiva diferente, recordando el contexto cultural de la época en que fueron realizadas.
"Entiendo esos comentarios y he visto críticas similares. Pero lo veo de manera diferente, porque recuerdo haber visto Bridget Jones en 2001 cuando estaba abriéndome camino en Londres. Era un tiempo muy diferente."
- Michael Morris, director de Bridget Jones: Loca por él
Morris también enfatiza la empatía y autenticidad con la que Renée Zellweger ha interpretado a Bridget Jones. "Conociendo a Renée, ella aborda todo con esta calidez y creo que siempre ha visto a Bridget como una representante de las mujeres que han tenido que lidiar con toda esa mierda en el pasado."
Una nueva etapa para Bridget
Bridget Jones: Loca por él se aleja de las relaciones amorosas anteriores de Bridget y presenta una nueva etapa en su vida. A sus 50 años, enfrenta la viudez tras la muerte de su esposo, Mark Darcy, y cría a sus dos hijos. Además, inicia una relación con un hombre 20 años más joven, interpretado por Leo Woodall.
La película también aborda temas modernos como la tecnología, el ghosting y las plataformas de streaming, mostrando a Bridget lidiando con los desafíos de un mundo muy diferente al que conoció en sus anteriores entregas.
Relaciones intergeneracionales y doble estándar
Una de las mayores polémicas en torno a la película ha sido la diferencia de edad entre los personajes de Zellweger y Woodall, con 22 años de diferencia en la pantalla. Esta brecha generacional ha desatado un debate sobre la representación de las relaciones entre mujeres mayores y hombres más jóvenes en el cine.
Morris critica el doble estándar social en la percepción de este tipo de relaciones.
"Lo que estamos viendo es la erosión de un muro invisible que ha hecho que, por alguna razón en la cultura, tradicionalmente nos haya interesado menos ver a mujeres mayores de cierta edad interactuar con hombres jóvenes."
- Michael Morris, director de Bridget Jones: Loca por él
Morris destaca la importancia de normalizar estas relaciones en la pantalla, afirmando que "eso debería ser un sinsentido. Creo que todos podemos estar de acuerdo en que no debería haber ningún muro invisible que detenga nada."
Un cambio cultural
Bridget Jones: Loca por él no solo marca el final de la saga, sino que también se inserta en una conversación más amplia sobre el papel de la mujer en el cine y las relaciones intergeneracionales. Aunque la franquicia ha sido acusada de perpetuar ciertos estereotipos en el pasado, el director de esta última entrega apuesta por una nueva perspectiva, buscando representar a las mujeres en todas sus facetas, con empatía y sin prejuicios.