El Rey Carlos III asiste al servicio de Pascua en medio de su tratamiento contra el cáncer

En un acontecimiento marcado por circunstancias médicas extraordinarias, el Rey Carlos III del Reino Unido se hizo presente en el servicio de Mattins de Pascua en la icónica Capilla de San Jorge en Windsor, demostrando su resiliencia y compromiso con los eventos tradicionales de la Familia real británica. Acompañado por su esposa, la Reina Camilla, el monarca británico llegó en automóvil al recinto religioso, donde se le vio interactuar con los asistentes y recibir muestras de apoyo y afecto de la ciudadanía.

A pesar de su diagnóstico de cáncer revelado el mes pasado, el soberano de 75 años parecía estar de buen ánimo y saludó cordialmente a los presentes. La familia real usualmente aprovecha la Pascua para reunirse en el Castillo de Windsor y asistir juntos al servicio religioso, pero este año la celebración fue más bien discreta para minimizar el contacto del rey con otras personas durante su tratamiento.

Los miembros de la familia que asistieron incluyeron al Príncipe Eduardo y Sophie, Duques de Edimburgo, y su hijo, James, Earl de Wessex; la hermana del monarca, la Princesa Ana y su esposo, Tim Laurence, así como el Príncipe Andrés y su exesposa, Sarah Ferguson, Duquesa de York. Cabe destacar que la Princesa Real regaló a la multitud un breve saludo.

Tras el servicio religioso, no quedó claro si Carlos asistiría al almuerzo post-servicio familiar. En los días venideros, él y Camilla planean tomarse un descanso por las festividades de Pascua.

El príncipe Guillermo y la princesa Catalina, conocidos como los Príncipes de Gales, así como sus tres hijos, no estuvieron presentes este año, ya que se encuentran disfrutando de las vacaciones de Semana Santa en privado y arropados por el apoyo del público tras el reciente anuncio del diagnóstico de cáncer de la princesa.

Este año, la salud del Rey Carlos y el distanciamiento social necesario para su protección, marcan un antes y un después en la manera en que se llevan a cabo las tradiciones de la familia real británica durante estas fechas tan significativas. Mientras la sociedad acoge con esperanza la imagen de un rey en lucha pero activo, el futuro de cómo se desplegarán dichas festividades queda abierto a la adaptación y cambio.