Claudio Zeiger explorando las profundidades de la experiencia en «Iniciación a la noche»
Claudio Zeiger, reconocido autor de obras como «Nombre de guerra», está presentando su más reciente libro, «Iniciación a la noche». En esta obra, Zeiger se adentra en la exploración de la experiencia personal como materia prima para la creación literaria, consolidándose como uno de los pioneros de la llamada «literatura del yo». La novela, publicada por Emecé, nos sumerge en la vida de un joven de 17 años que busca vivencias extremas con el objetivo de transformarse en escritor.
La búsqueda de la verdad a través de la experiencia
En una entrevista reciente, Zeiger reflexiona sobre la génesis de «Iniciación a la noche» y la motivación detrás del protagonista. Según Soto, M. (s.f.)., periodista de ámbito.com, el autor explica que, al inicio del proceso creativo, la idea de contar historias verdaderas era más una intuición que un programa narrativo definido. «Cuando empecé a escribir este libro eso era algo nebuloso. No era ni una definición estética ni un programa narrativo definido. Sin embargo, iba en esa dirección, iba hacia contar historias verdaderas», afirma Zeiger.
El libro traza un puente con su obra anterior, «Infancia en Mataderos», ofreciendo una transición desde la adolescencia temprana hacia una etapa más oscura y compleja de la vida. Zeiger busca capturar esa angustia existencial, esa incertidumbre que impulsa a personajes como Silvio Astier, de Roberto Arlt, en su búsqueda de un destino incierto.
El destilado de la experiencia quemante
Zeiger profundiza en la noción de la «experiencia quemante» como un momento de cristalización que permite al escritor narrar desde la verdad. No se trata de transmitir la experiencia de forma anecdótica, sino de extraer su esencia, su destilado. En este sentido, Zeiger encuentra inspiración en la obra de Ricardo Piglia, particularmente en «Prisión perpetua». Para Zeiger, la literatura no debe limitarse a la mera narración de eventos, sino que debe ofrecer una inmersión en el flujo de la vida.
«Uno no indaga en la experiencia para transmitirla en forma ordenada o anecdótica, sino para hacer un destilado. Es la gran lección de “Prisión perpetua” de Ricardo Piglia», explica Zeiger.
Amalgamando narrativa y reflexión
El autor describe su enfoque como una amalgama entre una línea narrativa y una ensayística. Busca que cada historia sea, a la vez, experiencia y reflexión sobre la experiencia. Zeiger rechaza la mera anécdota, especialmente en las peripecias sexuales que se exploran en la última parte del libro. Su intención es evitar el regodeo anecdótico, pero sin ocultar la crudeza de las vivencias.
Más allá de la crónica gay: la exploración del margen
Si bien algunos críticos podrían ver en «Iniciación a la noche» una crónica del ambiente gay de los años noventa, Zeiger aclara que esa exploración ya está presente en su primer libro, «Nombre de guerra». En «Iniciación a la noche», el foco se desplaza hacia la experiencia del individuo que se aleja del margen, explorando los límites de la autodestrucción. El narrador siente la necesidad de transformar esa experiencia en obra, de convertir el límite en literatura.
La «literatura del yo»: testimonio y confrontación
Zeiger reflexiona sobre la etiqueta de «literatura del yo», señalando que, para él, la verdadera literatura autobiográfica surge cuando se tiene algo que contar, a diferencia de aquellos relatos que se centran en el vacío. Su intención es ofrecer un testimonio honesto y confrontar otras literaturas, poniendo las cartas sobre la mesa y generando un impacto en el lector.
Rescatando a Sábato: un diálogo con la adolescencia
En «Iniciación a la noche», Zeiger reivindica la figura de Ernesto Sábato, especialmente su obra «Abaddon el exterminador». A pesar de la controversia que rodea a Sábato, Zeiger destaca su capacidad para conectar con los adolescentes, para hablarles de frente. En su propia adolescencia, la lectura de «Abaddon» lo marcó profundamente, generando una mezcla de fascinación y espanto. Zeiger considera que Sábato supo capturar la intensidad y la complejidad de esa etapa de la vida.