‘Dinosaurio’ y el milagro del punto de vista neurodivergente

Storrie, por su parte, es mujer y la representación de la mujer autista en cualquier tipo de ficción audiovisual, especialmente en una ligada a la comedia, era prácticamente inexistente hasta hace un par de años.

Y el humor, lo ridículo, parte, también por primera vez, de lo exageradamente ficticia que es la vida de cualquier neurotípico, es decir, de cualquier persona que se considera normal. Todos fingen todo el tiempo, nunca pueden ser ellos mismos y, a su manera, están tremendamente encerrados en algo que no existe y que para Nina (Storrie) no tiene ningún sentido.

El punto de partida de ‘Dinosaurio’

Va a tener que probarse un vestido horrible (que le pica por todas partes), va a tener que fingir (¿“para siempre?”, se pregunta) ante el atildado padre del novio, un respetado crítico de arte de gafas diminutas (gafas con las que se obsesiona, “¿por qué son tan pequeñas?”, se pregunta todo el rato) que no sabe quién es, como el resto, y por el camino va a conocer a Lee, a quien le gusta como es. Y va a conseguir lo imposible: demostrar, a golpe de comedia, en situaciones a menudo insulsas, que lo verdaderamente raro es no ser tú misma.