Las malas prácticas de las periodistas en las series y películas de Hollywood no son solo un recurso narrativo, sino que también reflejan un preocupante prejuicio cultural. El intercambio de sexo por información se ha convertido en un estereotipo dañino que ha perseguido a las mujeres en el periodismo durante décadas.
La representación de la periodista zorrón
Numerosas producciones han perpetuado este estereotipo, presentando a las periodistas como seductoras que utilizan sus encantos para obtener información. Desde Sally Field en "Ausencia de malicia" (1981) hasta Amy Adams en "Heridas abiertas" (2018), este cliché ha seguido apareciendo en la pantalla grande y pequeña. Incluso en la serie "Las chicas Gilmore", la virtuosa Rory acaba sucumbiendo a este tropo en el epílogo.
El informe de Lucía Tello
En España, un estudio realizado por la crítica de cine Lucía Tello en 2012 reveló que "muchas periodistas tienen como pareja o expareja a su compañero informante". Esta práctica, conocida como "vampirismo", refuerza la idea de que las mujeres en el periodismo utilizan su atractivo para explotar a los hombres en busca de información.
La serie "Las chicas del autobús"
La serie "Las chicas del autobús" (2023) intentaba romper con este estereotipo, pero sigue tropezando con el enfoque sensacionalista de las relaciones entre periodistas y fuentes. La protagonista, Sadie McCarthy, tiene un romance pasado con el secretario de prensa de la candidata a la que debe cubrir, lo que genera una tensión sexual innegable.
Las consecuencias del prejuicio
El estereotipo de la "periodista zorrón" no solo daña la reputación de las mujeres en el periodismo, sino que también desalienta a las jóvenes de ingresar a la profesión. Las mujeres ya enfrentan barreras sistémicas en los medios de comunicación, y este prejuicio solo sirve para exacerbarlas.
La lucha contra el estereotipo
Es esencial desafiar este estereotipo dañino y promover una representación más precisa de las mujeres periodistas. Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de retratar a las profesionales con integridad y respeto, y de no perpetuar tropos sexistas que socavan su credibilidad.