El festival 42 alza el vuelo a lomos de dragón

Arranca en Barcelona la cuarta edición del festival de géneros fantásticos con una exposición de dragones y la presencia de autores como Ted Chiang y Catriona Ward.

El festival 42, el encuentro de géneros fantásticos de Barcelona, ha inaugurado este miércoles su cuarta edición (hasta el domingo) en la Fábrica de Creación Fabra i Coats. Y lo ha hecho por todo lo alto, con una exposición de dragones que ocupa el gran vestíbulo del espacio.

Dragones, protagonistas del festival

El comisario de la exposición, Eduard Martí Blanch, explica que los dragones fueron asociados con el infierno y el diablo por el cristianismo y desde entonces comenzaron a arrojar fuego (antes eran más como serpientes, venenosos).

Ha recalcado el poderoso simbolismo de la gran bestia y ha remontado la tradición occidental al Tifón de Ovidio.

Preguntado por cuál considera el dragón más conocido, ha reflexionado que probablemente lo sea en nuestra cultura el dragón medieval genérico. De entre los dragones famosos ha recordado al basilisco de Rowling, a los dragones de Pern de Anne MacCafrey y a los de Terramar, de Ursula K. Le Guin.

Un festival con mucho terror

El director del 42, Ricard Ruiz Garzón, ha recordado que pese a la dimensión que toman los dragones, el festival no es monográfico sino que tiene siempre varios ejes temáticos, y que en esta edición “hay mucho terror”.

La gente, “se ha cansado de lo distópico, dada la dificultad de acertar” y la idea de lo terrorífico y del monstruo como metáfora recorren el encuentro.

“Henos roto todas las barreras, no hay compartimentos estancos”, ha apuntado, “los visitantes vienen porque les interesan los autores y los libros y no le importa ninguna otra consideración, hemos creado comunidad”.

Preguntado sobre a cuál de los grandes maestros históricos le hubiera gustado traer al 42, ha dicho que a Ursula K. Le Guin, a la que lleva en su móvil. Lovecraft y Poe también le hubieran gustado, pero cree que le hubieran dado problemas.

En cuanto a que las actividades se hagan, a diferencia de otros festivales literarios menos centralizados en un lugar, todas en Fabra i Coats, considera que contribuye a crear “sentido de comunidad”, que es un signo de identidad, y que ha servido para que mucha gente conozca la fábrica de creación.