Elizabeth Taylor, Harta de su Belleza

Elizabeth Taylor, una de las mujeres más bellas del cine, confesó en una serie de cintas grabadas en 1964 que estaba harta de su belleza. Estas cintas, conocidas como "Elizabeth Taylor: Las Cintas Perdidas", fueron descubiertas después de la muerte del periodista Richard Meryman, quien las grabó y fueron estrenadas recientemente en Max.

Frustración por su Imagen

Taylor, quien se convirtió en una estrella desde los 10 años, expresó su frustración por las servidumbres de la fama y su anhelo de ser reconocida como una intérprete seria.

La actriz lamentó que su belleza a menudo eclipsaba sus habilidades como actriz y la hacía sentir cosificada.

Taylor reveló que incluso sufrió acoso y amenazas debido a su atractivo.

La Búsqueda del Reconocimiento

A pesar de su fama y éxito, Taylor anhelaba el reconocimiento por su talento como actriz.

Su papel en "¿Quién teme a Virginia Woolf?" le valió un segundo Óscar y fue un punto culminante en su carrera.

Sin embargo, Taylor también tuvo experiencias negativas, como su primera victoria en los Óscar por "Una mujer marcada", que cree que fue motivada por compasión por sus problemas de salud.

Activismo e Impacto Duradero

Además de su carrera cinematográfica, Taylor fue conocida por su activismo en la lucha contra el SIDA.

Su amistad con personas de la comunidad LGBTQ+ la llevó a comprender la importancia de la aceptación y la inclusión.

El documental "Elizabeth Taylor: Las Cintas Perdidas" ofrece una mirada íntima a la vida y el legado de una de las estrellas más icónicas de Hollywood.

Si bien el enfoque en su belleza y matrimonios puede restar importancia a sus logros como actriz, las propias palabras de Taylor revelan una mujer compleja y talentosa que luchó por ser vista más allá de su apariencia física.