El mundo de la música está de luto por la trágica pérdida de Colin "Smiley" Petersen, quien fuera baterista original de los icónicos Bee Gees. La noticia de su fallecimiento a los 78 años fue dada a conocer el 18 de noviembre por Best of the Bee Gees, una banda tributo que contó con la participación de Petersen en los últimos años.

Una leyenda musical

La carrera musical de Colin Petersen comenzó en Australia, donde nació el 24 de marzo de 1946. A temprana edad, se desempeñó como actor en películas como "Smiley" y "A Cry From the Streets". Sin embargo, su fama llegó en 1966 cuando se unió a los hermanos Barry, Robin y Maurice Gibb para formar los Bee Gees.

Con los Bee Gees, Petersen grabó varios álbumes de estudio, incluyendo "Bee Gees' 1st", que contenía éxitos como "New York Mining Disaster 1941" y "To Love Somebody". Su batería marcó el ritmo de algunos de los temas más memorables de la agrupación.

Un corazón noble

En un comunicado, Best of the Bee Gees lamentó la partida de Petersen, destacando su espíritu amable y su dedicación a la música. "Enriqueció nuestras vidas y unió a nuestro grupo con amor, cariño y respeto", escribieron.

Sus compañeros de banda también recordaron su talento narrativo, que cautivaba al público con historias de sus días en los Bee Gees. "Lo recordaremos por siempre", expresó Evan Webster.

Un legado perdurable

Tras su salida de los Bee Gees en 1970, Petersen formó su propia banda llamada Humpy Bong y se dedicó a la representación de artistas. En 2019, regresó a los escenarios como baterista de Best of the Bee Gees, donde continuó compartiendo su pasión por la música.

La muerte de Colin Petersen es una gran pérdida para la industria musical. Su talento, su dedicación y su espíritu amable han dejado una huella imborrable en el mundo del rock and roll. Su legado como baterista original de los Bee Gees vivirá para siempre.