Argentina Lamenta la Partida de Enrique Liporace
Una Estrella en la Escena Argentina
Nacido el 10 de junio de 1941, Enrique Liporace inició su carrera con tan solo 17 años, y rápidamente se convirtió en un nombre recurrente en producciones emblemáticas. Su debut en cine fue con 'Todo el año es Navidad' en 1957 y desde ese momento, sus roles se multiplicaron en la pantalla grande y chica.
Tras más de un centenar de obras, entre sus actuaciones más destacadas en cine se encuentran papeles en 'Tiempo de revancha' y 'Últimos días de la víctima', ambas bajo la dirección de Adolfo Aristarain. Su versatilidad lo llevó a interpretar un amplio rango de personajes, incluyendo destacables actuaciones en el Nuevo Cine Argentino con títulos como 'Bolivia' y 'Un oso rojo'.
En televisión, Liporace se transformó en uno de los villanos más queridos en ciclos como 'Los Roldán' y 'Resistiré'. Participó también en 'Mujeres asesinas', 'Montecristo', 'Poliladron' y 'Educando a Nina', convirtiéndose en un actor indiscutible en la memoria colectiva de los argentinos.
Un Actor Comprometido con el Arte
Liporace no solo fue un actor consumado, sino que también dejó su marca como guionista, director teatral y dramaturgo. Su pasión por el arte se refleja en el compromiso que demostró en cada uno de sus proyectos. Fue una figura que supo encarnar la idiosincrasia argentina abordando papeles que evidenciaban los cambios sociales y culturales de su tiempo.
En los escenarios teatrales brilló en obras como 'Más respeto que soy tu madre' junto a Antonio Gasalla y 'La divina familia', donde recientemente había regresado tras superar complicaciones de salud que afectaron su visión y motricidad, supuestamente consecuencia de la vacuna COVID-19.
Afrontando Desafíos Hasta el Final
Los últimos años de Enrique Liporace fueron marcados por la perseverancia frente a desafíos de salud. Su último trabajo fue en la película 'El Jockey', dirigida por Luis Ortega, cuyo estreno, por desgracia, no alcanzó a ver. Sin embargo, este retorno al teatro y al cine destacan su espíritu combativo y su amor incondicional por la actuación.
Enrique Liporace deja un legado inmenso en las artes escénicas argentinas y será recordado por su talento, su versatilidad y la profundidad con que interpretó cada uno de sus roles.