El 24 de marzo se conmemora un aniversario más de uno de los sucesos más trágicos en la historia del cine mexicano: el devastador incendio de la Cineteca Nacional en 1982. Ubicada en aquel entonces en los Estudios Churubusco, al sur de la Ciudad de México, la Cineteca sufrió un siniestro que no solo consumió sus instalaciones, sino que también borró del mapa una invaluable colección de material fílmico, dejando una cicatriz imborrable en la memoria cultural del país.

El Día que el Cine Mexicano Lloró

Según el Archivo General de la Nación (AGN), el fatídico evento se desató alrededor de las 18:45 horas, mientras se proyectaba la película 'La tierra de la gran promesa' del director polaco Andrzej Wajda en la sala Fernando de Fuentes. La detección de humo alertó al personal, quienes rápidamente iniciaron la evacuación de las aproximadamente 700 personas presentes. Sin embargo, la situación escaló rápidamente cuando una explosión proveniente de las bóvedas que almacenaban películas de nitrato de celulosa sacudió el recinto, propagando las llamas a una velocidad alarmante. El fuego no solo afectó la Cineteca, sino que también se extendió a áreas aledañas, incluyendo instalaciones de la Línea 2 del Metro y una casa cuna del DIF, al otro lado de la Calzada de Tlalpan.

Una Lucha Contra el Fuego y el Tiempo

El incendio se prolongó por aproximadamente 16 horas, durante las cuales las temperaturas alcanzaron niveles extremos, estimados en hasta 2,000 °C, provocando la fusión de estructuras metálicas y la destrucción casi total del inmueble. La ferocidad del fuego dificultó enormemente las labores de rescate y control por parte del cuerpo de bomberos, quienes se enfrentaron a la escasez de agua y equipos adecuados para combatir un incendio de tal magnitud.

Pérdidas Humanas y Materiales Incalculables

El reporte oficial, resguardado en el fondo documental de Administración Pública: 1910-1988 del Archivo General de la Nación (AGN), reveló la trágica pérdida de siete vidas: cuatro civiles y tres bomberos, entre ellos el mayor Vicente Solana, de la Base Tlalpan, además de 50 personas lesionadas. Pero más allá de las vidas perdidas, el incendio consumió el 99% del archivo fílmico nacional y extranjero que resguardaba la institución, una pérdida invaluable para el patrimonio cinematográfico de México. La magnitud de esta pérdida resuena hasta nuestros días, recordándonos la fragilidad de la memoria cultural y la importancia de su preservación.

¿Qué Desató la Tragedia?

Las causas exactas del incendio nunca fueron determinadas con certeza. A pesar de las investigaciones, el dictamen pericial final de la Procuraduría General de la República no pudo establecer una causa específica, dejando un halo de misterio sobre el origen de la tragedia. Sin embargo, este evento catastrófico sirvió como un llamado de atención sobre la necesidad de implementar medidas de seguridad más rigurosas en las instituciones culturales, especialmente aquellas que albergan materiales inflamables como el nitrato de celulosa.

Un Nuevo Comienzo

Tras el incendio, el edificio de la Cineteca Nacional fue demolido seis meses después. Sin embargo, la memoria del cine mexicano no podía extinguirse. La Cineteca resurgió de las cenizas, reubicándose en el pueblo de Xoco, donde continúa operando hasta la fecha, convertida en un símbolo de resiliencia y un faro para la cultura cinematográfica en México. Este trágico evento, a pesar de su devastación, impulsó una mayor conciencia sobre la preservación del patrimonio fílmico y la importancia de contar con protocolos de seguridad adecuados para proteger estos tesoros culturales.

Según David Asiel Hernández Díaz de Grupo Milenio, este suceso marca un antes y un después en la historia cinematográfica del país. El recuerdo del incendio de la Cineteca Nacional sirve como un recordatorio constante de la necesidad de proteger y preservar nuestro patrimonio cultural, garantizando que las futuras generaciones puedan disfrutar del legado del cine mexicano.