El cine español despide a José Lifante, un secundario de oro
El actor José Lifante, cuyo rostro se convirtió en un icono de la pantalla grande y pequeña, ha fallecido a los 80 años en Madrid. Su partida, resultado de una trombosis, ha dejado un vacío en el corazón de la industria cinematográfica y televisiva españolas, conformando el adiós a una maratoniana y diversa carrera artística que abarcó más de seis décadas.
Nacido en Barcelona en el año 1943, Lifante se inició en las artes escénicas a través del teatro, pero rápidamente encontró su lugar en el cine, debutando con roles en 'Los atracadores' (1962) y 'Juventud a la intemperie' (1961). No obstante, fue durante los años 70 cuando comenzó a acumular créditos en películas de serie B y del género fantaterror, destacando su participación en 'No profanar el sueño de los muertos' (1974), una pieza clave del cine de zombies español.
Trayectoria y legado en el cine y la televisión
Con una versatilidad que le permitía navegar por todos los géneros, desde la comedia hasta el drama y el cine de denuncia social, Lifante trabajó a las órdenes de directores renombrados como Luis García Berlanga, Pilar Miró, Jorge Grau y Eloy de la Iglesia. Su talento trascendió las fronteras nacionales, formando parte del elenco en superproducciones internacionales como 'Las aventuras del barón Munchausen' (1988), compartiendo pantalla con luminarias como Robin Williams y Uma Thurman.
El cineasta devenido actor todoterreno, consolidó su fama en los 80 con papeles que se tornaron emblemáticos en la cultura española. Su interpretación de Goyo, el mayordomo de 'Patrimonio Nacional' (1981), y sus apariciones en programas de televisión como 'La bola de cristal' y 'Teresa de Jesús', le ganaron el cariño de los espectadores de varias generaciones.
Su presencia en la televisión continuó fortaleciéndose en las décadas subsiguientes, participando en series como 'Makinavaja', 'Farmacia de guardia' y, más recientemente, en éxitos como 'Aquí no hay quien viva', 'Amar es para siempre' y 'Cuéntame cómo pasó', donde personificó a don Benito. Hasta sus últimos días, Lifante siguió activo en la industria, involucrándose en proyectos tanto delante de las cámaras como en el doblaje, siendo su voz una conocida en series extranjeras y producciones de animación.
Un legado que perdura
La comunidad actoral y los seguidores del arte dramático español entierran a uno de sus pilares. En un ambiente de recogimiento y afecto, recordamos las propias palabras de Lifante: "He hecho todo lo que un actor pueda imaginar". Su vasto repertorio de personajes y su compromiso con el oficio le convirtieron en una verdadera leyenda de la escena española. Su legado continúa vivo en cada una de las producciones que le contaron entre sus filas, dejando una profunda huella que seguirá inspirando a actores y directores por muchos años más.