Corte Suprema ratifica condena de 8 años de prisión para Aníbal Lotocki

La saga judicial en torno al médico cirujano Aníbal Lotocki está llegando a un punto de inflexión. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha desestimado un recurso presentado por la defensa, confirmando así la condena de ocho años de prisión impuesta al cirujano. Lotocki está siendo hallado responsable por las graves lesiones causadas a varias pacientes, incluyendo a Estefanía Xipolitakis, Pamela Sosa, la fallecida Silvina Luna y Gabriela Trenchi. El caso, que ha mantenido en vilo a la opinión pública, se centra en las consecuencias del uso de un relleno que contenía microesferas de polimetil metacrilato (PMMA).

Los hechos que llevaron a la condena

Según informa ámbito.com, la decisión del máximo tribunal representa un revés para Lotocki, quien actualmente se encuentra detenido preventivamente en el Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza. Esta detención se produce en el marco de otra causa, donde se le acusa de homicidio simple con dolo eventual por la muerte de Rodolfo Christian Zárate, un paciente que falleció en 2021 tras complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica. La periodista Vanesa Petrillo, de C5N, ha seguido de cerca el caso, destacando que la investigación que llegó a la Corte se centra en las lesiones sufridas por Pamela Sosa debido a una intervención realizada en noviembre de 2008 en la clínica “Full Esthetic”.

En dicha intervención, a Sosa se le aplicó un producto de relleno no identificado que contenía PMMA, lo que le provocó cuatro tumoraciones en glúteos y muslos, acompañadas de un proceso inflamatorio crónico. La situación de Silvina Luna, cuyo fallecimiento el 31 de agosto de 2023 conmocionó al país, es igualmente trágica. Luna fue intervenida en la misma clínica que Sosa, en octubre y noviembre de 2011, donde también se le aplicó PMMA, provocándole alteraciones anatómicas en glúteos y muslos, tal como fue documentado por otro médico en junio de 2013.

Las otras víctimas y el alegato fiscal

Estefanía Xipolotakis también sufrió lesiones tras una intervención en marzo de 2014, en la que se le colocó PMMA. En el caso de Gabriela Trenchi, Lotocki había acordado colocarle “hilos tensores” en los glúteos y extraer grasa de la pelvis, rodilla y cadera para mezclar con plasma e inyectarlo en la misma zona. La operación se realizó en agosto de 2015, y posteriormente se determinó que se le aplicó un producto de relleno que contenía PMMA, causando graves lesiones en su cuerpo y salud.

«Aníbal Lotocki es un médico que ha sido violento con sus pacientes: en el marco de la confianza que estableció con las cuatro víctimas, las usó para sus propósitos personales y les estropeó la salud», afirmó el fiscal Sandro Abraldes durante su alegato.

El proceso judicial y las apelaciones

En febrero de 2022, el Tribunal Oral y Correccional 28 de la Ciudad de Buenos Aires condenó inicialmente a Lotocki a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación. Sin embargo, tanto la fiscalía como las querellas apelaron la decisión. En julio de 2023, la Sala III de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional ordenó la inhabilitación cautelar de Lotocki para ejercer la medicina hasta que su situación se resolviera de forma definitiva. En noviembre de 2023, el mismo tribunal confirmó la condena, pero duplicó la pena a ocho años de prisión. La defensa de Lotocki intentó impugnar la nueva condena ante la Corte Suprema, pero el recurso fue desestimado por falta de una sentencia definitiva, según ámbito.com.

¿Qué está pasando ahora?

Actualmente, Aníbal Lotocki continúa detenido en Ezeiza, mientras la justicia está investigando su responsabilidad en el fallecimiento de Rodolfo Christian Zárate y las graves lesiones ocasionadas a sus pacientes. La decisión de la Corte Suprema consolida la condena por las lesiones sufridas por Xipolitakis, Sosa, Luna y Trenchi, marcando un precedente importante en casos de mala praxis médica y el uso de sustancias peligrosas en intervenciones estéticas.

Las implicaciones legales y sociales

El caso Lotocki está generando un intenso debate sobre la regulación de las prácticas médicas estéticas y la necesidad de proteger a los pacientes de posibles abusos. La confirmación de la condena envía un mensaje contundente sobre la responsabilidad de los profesionales de la salud y la importancia de garantizar la seguridad y el bienestar de quienes se someten a procedimientos médicos. La sociedad está observando de cerca el desarrollo de este caso, esperando que siente un precedente para evitar futuras tragedias y promover una mayor transparencia y ética en el ámbito de la medicina estética.