Cumbias para blancos: cuando la gentrificación alcanzó el jale, el goce y el baile

La cumbia sonidera está sonando en el barrio y hasta en La Roma, pero este género no ha sido ajeno a la gentrificación, lo que ha permitido que llegue a otros públicos.

La cumbia en el barrio y en La Roma

En una fiesta de fin de año en el Antiguo Hotel Reforma, en la colonia Tabacalera, el sonido La Changa abrió el cartel del “Baile Eterno”. La pista aún estaba vacía, pero poco a poco se fue llenando de gente, tanto del barrio como de la Roma.

El sonido La Changa

La Changa es un ícono de la cultura sonidera, y su música ha llegado a nuevos públicos en los últimos años. Han tocado en fiestas y conciertos para miles de personas, y también han amenizado restaurantes, cantinas y bares en colonias como la Juárez, Santa María La Ribera y la Roma-Condesa.

La gentrificación del baile

La llegada de la cumbia a nuevos estratos sociales no ha estado exenta de polémica. Algunos críticos argumentan que la gentrificación está “blanqueando” la cumbia y que está perdiendo su autenticidad.

El punto medio

Sin embargo, otros sostienen que la gentrificación también puede beneficiar a la cumbia. Al llegar a nuevos públicos, la cumbia puede ganar más visibilidad y apoyo, lo que puede ayudar a preservar su tradición.

La cumbia como puente cultural

En última instancia, la cumbia es un género musical que tiene el poder de unir a personas de diferentes culturas y orígenes. Al llegar a nuevos públicos, la cumbia puede ayudar a derribar barreras y promover la comprensión cultural.

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