La herencia de Olivia Valère, por fin, cerca de resolverse
La pugna familiar por la herencia de Olivia Valère, la icónica empresaria que reinó en la noche de Marbella durante décadas, parece estar llegando a su fin. Su viudo, el prestigioso abogado galo Philippe Roger Valère, asegura que en unos meses todo estará solucionado.
Un testamento conflictivo
A pesar de haber dejado un testamento escrito de su puño y letra, la muerte de Olivia Valère en 2020 desató una batalla legal entre sus herederos. Sus hijos, Karen y Arnaud, no aceptaron el reparto de los bienes, que incluía un apartamento en París, una villa en Guadalmina y un patrimonio valorado en varios millones de euros.
El conflicto llegó a los tribunales y, finalmente, los herederos han aceptado el testamento por mandato judicial. El viudo de Valère recibirá el usufructo del apartamento en París y de la villa en Guadalmina, así como los muebles y objetos de arte que se encuentran en ambas residencias.
El reparto de la herencia
El resto de los bienes, incluyendo el patrimonio, las deudas y un terreno en Santo Domingo, se repartirán en cuatro partes iguales: una para el viudo, otra para el hijo que tuvo con Valère, Xavier Valère, y las otras dos para Karen y Arnaud.
El episodio más rocambolesco del conflicto familiar se produjo el año pasado, cuando Arnaud aprovechó la ausencia de su padrastro en París para entrar en la casa familiar y llevarse varios cuadros y un coche deportivo que su madre había regalado a Roger Valère.
Hacia la tranquilidad
El incidente quedó solucionado hace un mes, cuando el coche fue devuelto y Arnaud se comprometió a reponer las obras de arte. El viudo de Valère espera que el juez le nombre administrador del reparto para garantizar que todo se desarrolle según lo establecido.
Philippe Roger Valère reside cada verano en la villa que compartió con su mujer en Guadalmina, una propiedad que adquirieron a un embajador de Suecia. Allí también pasa la temporada estival su hija mayor, Virginia, escultora y fotógrafa que siempre se ha mantenido al margen del conflicto familiar.
La discoteca Olivia Valère, fundada por la empresaria en 2000, continúa siendo uno de los lugares más emblemáticos de la noche marbellí. El negocio, que sufrió un bache cuando Valère enfermó, ha recuperado su cifra de negocio gracias a la programación de música electrónica y a los espectáculos diarios de inspiración francesa.
"La magia de los viejos tiempos ha vuelto"
Roger Valère se muestra encantado con el momento que vive Marbella: "Hay más gente que otros veranos, aunque tienen menos poder adquisitivo. Aun así, llenamos cada noche gracias al espectáculo inspirado en Molin Rouge".
El viudo de Olivia Valère confía en que pronto volverá la tranquilidad a su familia: "La justicia avanza con mucha lentitud, pero creo que para final de año estará todo solucionado. No da mucho dinero, pero es suficiente para que los niños vivan bien y, además, genera mucho empleo".