En la primera noche de las fiestas de La Mercè en Barcelona, los Mossos d'Esquadra han llevado a cabo dispositivos para detectar armas blancas entre los asistentes a los conciertos, que se han saldado sin incidentes destacables.
Controles policiales en la playa y otras zonas
Los controles policiales han sido más visibles al acabar los conciertos que antes de comenzar, especialmente en las playas. Algunos asistentes han preferido dejar cuchillos en el suelo antes de que los agentes les registraran con detectores de metal.
La zona más concurrida ha sido la playa del Bogatell, con 60.000 personas que han provocado algunos momentos de aglomeración. Cerca de la 1.30 horas, los Mossos han desplegado un dispositivo en forma de filtro a la altura de la Vila Olímpica para detectar armas blancas entre los asistentes que abandonaban los conciertos. Tres furgones de la ARRO y 15 agentes han formado un cordón en el paseo marítimo para hacer registros. El dispositivo ha durado una hora y los Mossos han intervenido algún cuchillo de cocina y navajas que asistentes a las fiestas han dejado en el suelo antes de pasar por el filtro policial.
El jefe del dispositivo de los Mossos ha informado de que este operativo se ha repetido en el escenario de la calle de Menéndez Pelayo (en la Zona Universitaria, Les Corts) y en los accesos entre la plaza de Catalunya y El Raval, donde también ha habido conciertos con una gran afluencia de asistentes.
Ambiente festivo en la plaza de Catalunya
En la plaza de Catalunya, el ambiente ha sido festivo. Más allá de algunos agentes de la Guardia Urbana patrullando a pie, no ha habido rastro de los intensivos controles que la policía local anunció durante la semana por el incremento de armas blancas.
La cantautora hispanobrasileña Lua de Santana ha hecho vibrar la plaza a golpe de soul y funk mientras una oleada de turistas se acercaban al escenario.
Aglomeraciones y preocupación por la inseguridad
Un ambiente distinto al de la playa del Bogatell, donde grandes aglomeraciones de personas han colapsado todos los accesos, tanto del metro como al mismo arenal donde han tenido lugar los conciertos. Entre los espectadores se ha palpado cierto agobio a la llegada al concierto de Oques Grasses y de Figa Flawas, los más esperados de la madrugada.
Los controles policiales también han protagonizado una escena que no se suele ver, ya que los Mossos d'Esquadra han patrullado por mar durante toda la noche. Varias lanchas de la policía se han acercado a pocos metros de la orilla para controlar a la multitud.
A pesar de la presencia policial, algunos asistentes han expresado preocupación por la inseguridad. David Rua, vecino de Castellar del Vallès, ha asegurado que nunca había visto tantos controles en la Mercè, pero que cree que la sensación de inseguridad está sobredimensionada.
Noelia Medina, de Santa Perpètua de Mogoda, también fiel a la fiesta, ha señalado que las aglomeraciones son un problema en los accesos a los conciertos. Ha destacado que, aunque no se ha sentido amenazada ni insegura, la vigilancia ha sido menor de la prometida.