Las bodas transmitidas por televisión no suelen acabar bien, ni para los matrimonios ni para los invitados. La que tuvo mejor desenlace fue la de Lolita Flores, a pesar de que la novia lloró por el estrés, sin saber que el supuesto día más feliz de su vida se convertiría en una frase hecha. La boda de Rocío Carrasco fue el preludio de un infierno familiar abierto al público, con nuevos villanos incorporándose constantemente al reparto. La infanta Elena celebró una boda de cuento en Sevilla, con retransmisión en directo dirigida por Pilar Miró y emitida por todas las cadenas españolas. El matrimonio pasó de un eufemístico "cese temporal de la convivencia" a un divorcio más, no sin antes dejarnos dos vástagos para alimentar la actualidad sensacionalista de la alta sociedad.

Las bodas de la realeza y la alta sociedad

La infanta Cristina, la más guapa de las hermanas, se casó en Barcelona con el apuesto Iñaki Urdangarín, quien dejó constancia de su exquisita educación (y de sus robos) en unos correos electrónicos llenos de chistes sexuales, antes de acabar en prisión. Eugenia Martínez de Irujo también tuvo una televisada boda de ensueño. Sin embargo, no duró mucho, porque los toreros ya se sabe. Les concedieron la nulidad matrimonial, pero claro, para eso son ricos. De la boda de Felipe y Letizia mejor no hablamos, ya que lo mejor hasta ahora fue que llovió todo el día.

Bodas con polémica

La boda de Ana Aznar fue interesante: 1.100 invitados comieron gracias a la trama Gürtel. El sábado, Telemadrid quiso sumarse a la historia de las bodas gafadas al retransmitir la boda del alcalde José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, que se dieron el "sí, quiero" rodeados de la alta sociedad y de no pocos invitados de las bodas mencionadas anteriormente. El despliegue de medios de la cadena fue muy criticado, y finalmente se limitó a una cámara en la puerta de la iglesia y otra en la puerta de la finca donde se celebró el convite.

Crítica a la retransmisión de bodas

La retransmisión, a pesar de contar con Mercedes Milá, fue más aburrida que el vestido de la novia. No sé de quién fue la idea de dedicarle unas dos horas en la cadena pública local llamándola "avance informativo" en lugar de, por ejemplo, "Especial Boda del Apuesto Jefe", pero espero que reciba un justo castigo por esas dos horas de bochornoso peloteo al que nos han sometido a los espectadores.