Michelle Salas: Un año de transformaciones, alegrías y despedidas
El 2024 fue un año de contrastes para Michelle Salas, hija de Luis Miguel. Marcado por grandes eventos, despedidas y nuevos comienzos, que dejaron en ella profundas lecciones y una renovada determinación para enfrentar el futuro.
Alegrías y logros
En el ámbito profesional, Michelle describe un año lleno de retos y logros: "Fue un año lleno de nuevos retos, de muchas oportunidades y lecciones para poder sembrar semillas más fuertes en futuros planes. Mi trabajo me hace feliz y me da oportunidad de crear y expresarme; es una extensión de quien soy y del amor que pongo en todo lo que hago".
Además de sus éxitos laborales, Michelle también encontró la alegría en lo personal: "Este 2024 fue un desafío lleno de momentos que pusieron a prueba mi fortaleza, mi paciencia y mi determinación. Pero también, fue un año que me demostró más que nunca de qué estoy hecha, con infinitas lecciones que llevaré conmigo para siempre... Agradezco profundamente a mi familia y a mi esposo, mi mayor pilar, por su amor infinito y su apoyo incondicional. Ellos siempre han sido la estrella más brillante en los días más oscuros y también mi mayor motivo para seguir adelante".
Despedidas y duelo
Sin embargo, el 2024 también trajo consigo momentos de dolor y despedidas. El 1 de mayo, Michelle perdió a su abuela, Silvia Pinal. "Hoy, al cerrar este capítulo, me siento en paz y más tranquila. Y aunque la vida se llevó lo que yo más quería, sé que la ausencia se sana un día a la vez, y que todos los días voy encontrando en pequeñas señales que ella me sigue guiando y cuidando en el camino", expresó.
Reconciliación familiar
Pese a las pérdidas, Michelle también encontró consuelo en la reconciliación con su padre, Luis Miguel. Tras años de distancia, este 2024 se encontraron especialmente y fortalecieron su vínculo, compartiendo momentos únicos que atesorará siempre.
Cambios y nuevos comienzos
El 2024 también fue un año de cambios para Michelle. Se mudó de su departamento en Nueva York, tras seis años, y finalmente pudo conocer Machu Picchu, una de las maravillas del mundo que llevaba mucho tiempo en su lista de deseos.
"El 2024 me trajo muchos cambios y me transformó en todos los sentidos. Me mudé de mi departamento de NY después de 6 años, el final de una era, y conocí por fin una maravilla del mundo, Machu Picchu (que llevaba en mi bucket list mucho tiempo)".
Esperanza y optimismo
Al despedir el año, Michelle reflexiona sobre las pruebas y aprendizajes vividos: "Definitivamente en lo personal no fue el más fácil, pero hoy mirando hacia atrás, agradezco todo lo vivido, quizás hasta los momentos más duros porque sé que me pusieron a prueba para demostrarme que soy más fuerte de lo que imaginaba".
Con gratitud hacia quienes la acompañaron en este viaje, Michelle se muestra optimista y lista para lo que viene: "Gracias a quienes caminaron y siguen caminando a mi lado en este viaje. Valoro y agradezco a cada uno de ustedes. Estoy lista para seguir creciendo, creando y construyendo con el corazón lleno de gratitud y la mirada puesta en un futuro lleno de nuevos caminos por descubrir. ¡2025, ya déjate venir!".