Morena impulsando sanciones contra la apología del delito en el arte y los medios

En un esfuerzo por proteger a los jóvenes de la influencia de contenidos que glorifican actividades ilícitas, la bancada de Morena en la Cámara de Diputados está presentando una iniciativa que busca modificar el Código Penal Federal. La propuesta, según Fernando Damián (Grupo Milenio, s.f.), está centrándose en sancionar la apología del delito presente en canciones, series de televisión, películas, videojuegos y otras expresiones artísticas o mediáticas.

Arturo Ávila, legislador y vocero de Morena, está expresando su preocupación ante el pleno, señalando el peligro que representa la glorificación del delito para los jóvenes. Está argumentando que ya no es posible tolerar la invitación a cometer actos ilícitos que se está observando en diversos medios (Grupo Milenio, s.f.).

¿Qué se está proponiendo concretamente?

La adición propuesta al artículo 208 del Código Penal Federal está buscando sancionar a quienes, a través de obras culturales, promuevan, glorifiquen o justifiquen la comisión de conductas ilícitas de manera que se esté favoreciendo su imitación o incitando a la audiencia a llevar a cabo tales actos (Grupo Milenio, s.f.).

El texto vigente ya está estableciendo sanciones que van desde diez hasta ciento ochenta jornadas de trabajo comunitario, además de la penalidad correspondiente al delito del que se esté haciendo apología. «Al que provoque públicamente a cometer un delito o haga la apología de éste o de algún vicio, se le aplicarán de diez a ciento ochenta jornadas de trabajo en favor de la comunidad, si el delito no se ejecutare; en caso contrario, se aplicará al provocador la sanción que le corresponda por su participación en el delito cometido» (Código Penal Federal, art. 208).

El impacto en la sociedad, especialmente en los jóvenes

La exposición de motivos de la iniciativa está destacando el papel esencial que las manifestaciones culturales tienen en la formación de valores y comportamientos dentro de la sociedad. Sin embargo, está advirtiendo que algunas obras culturales, en su búsqueda de contar historias impactantes, pueden terminar promoviendo conductas delictivas o glorificando comportamientos ilícitos (Grupo Milenio, s.f.).

Está subrayando que el consumo de contenido cultural no se está limitando a un público adulto, sino que niños y adolescentes también están teniendo acceso a estas obras. La apología del delito puede ser particularmente dañina para este grupo, influyendo en su percepción del mundo, especialmente si no cuentan con una base sólida de valores y principios éticos. Las obras que glorifican el crimen pueden estar incitando a los jóvenes a emular comportamientos peligrosos (Grupo Milenio, s.f.).

La importancia de un debate profundo

Esta iniciativa está abriendo un debate importante sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de los creadores de contenido. Está siendo crucial encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos individuales y la necesidad de proteger a los jóvenes de la influencia de contenidos que puedan normalizar o glorificar la violencia y el delito.

Se está debatiendo si la medida podría conducir a la censura o a la limitación de la creatividad artística. Es fundamental que este debate se esté llevando a cabo de manera abierta y transparente, involucrando a todos los sectores de la sociedad, incluyendo a artistas, creadores de contenido, legisladores, padres de familia y expertos en la materia.

¿Qué sigue para esta iniciativa?

Después de su presentación ante el pleno, la iniciativa está siendo turnada a comisiones para su análisis y dictamen. Se espera que en las próximas semanas se estén llevando a cabo foros y mesas de discusión para analizar a fondo la propuesta y escuchar las opiniones de diferentes actores. El resultado final de este proceso legislativo tendrá un impacto significativo en la forma en que se crean y consumen contenidos culturales en México.

En conclusión, la iniciativa presentada por Morena está buscando proteger a los jóvenes de la apología del delito en el arte y los medios, generando un importante debate sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de los creadores de contenido.