Nueva York en los años 80: Caos, creatividad y el surgimiento de Donald Trump

La ciudad de Nueva York en la década de 1980 era un crisol de contradicciones: peligrosa y decadente, pero también rebosante de energía e ideas innovadoras. En las mismas calles donde el genio del entretenimiento Jim Henson creaba sus icónicos personajes de Barrio Sésamo, se entremezclaban la criminalidad de las mafias, el abuso de drogas y las turbias oportunidades inmobiliarias que permitieron al ambicioso joven Donald Trump construir su imperio.

Mientras la rana Gustavo y las vanguardias artísticas del East Village se convertían en símbolos de la ciudad, Nueva York también era epicentro de la epidemia de sida en Estados Unidos. El documental "Jim Henson: la audacia de las ideas" y la miniserie "Eric" exploran este fascinante y caótico período, mostrando la vida de un marionetista admirador de Henson que lucha por encontrar su lugar en medio del caos y la corrupción.

El lado oscuro de los años 80: Mafiosos, políticos corruptos y el ascenso de Roy Cohn

Los años 80 también estuvieron marcados por el ascenso del crimen organizado y la corrupción política. Figuras nefastas como Paul Castellano y John Gotti controlaban el submundo criminal de la ciudad, mientras que el abogado ultraderechista Roy Cohn se hacía un nombre defendiendo a políticos corruptos y promoviendo una peligrosa agenda política.

La construcción de la ciudad estaba en manos de la mafia, y el documental "A por Gotti" desentraña el sórdido mundo de violencia y extorsión que envolvía a Nueva York en aquella época. El personaje de Roy Cohn, interpretado por Jeremy Strong en la película "The Apprentice", resume la locura de la época: fiestas extravagantes y orgías organizadas por un hombre sin escrúpulos que manipulaba la política entre bastidores.

El legado de Nueva York en los años 80: Contrastes y contradicciones

Los años 80 en Nueva York fueron una época de contrastes y contradicciones, donde la creatividad y la corrupción convivían en una ciudad que nunca dormía. El legado de esta época se sigue sintiendo hoy en día, tanto en la vibrante escena artística de la ciudad como en los persistentes problemas de desigualdad y violencia.

El funeral de Jim Henson, celebrado en la catedral de San Juan el Divino, fue un reflejo de la ciudad que tanto amó: un lugar donde los mundos de la fantasía y la realidad se entremezclaban, donde los sueños podían hacerse realidad incluso en medio del caos.