Pelayo Díaz, el personaje más siniestro de 'Masterchef Celebrity'

Sobre pocas cosas hay unanimidad en el mundo. Hay unanimidad en que las croquetas están riquísimas, en que el asesinato está mal, y en que Pelayo Díaz es el personaje más siniestro de esta edición de Masterchef Celebrity.

En esta edición del concurso de cocina de TVE, han escogido como concursantes a personajes polémicos como Pocholo, Inés Hernand o Cristina Cifuentes, entre otros. Como Masterchef hace mucho que no trata de cocina, sino de apuñalamientos, no es de extrañar que en el cuarto programa ya haya saltado la sangre.

El ataque gratuito de Pelayo Díaz a Marina Rivers

El detonante ha sido el ataque gratuito de Pelayo Díaz a Marina Rivers. Díaz, que tiene un millón de seguidores en Instagram (de Pakistán, India, Filipinas... y poca interacción), ha criticado despectivamente a Rivers, que tiene dos millones de seguidores muy activos.

Ambos trabajan en el mismo sector de la creación de contenido (también conocido como "anunciar cosas en internet"), pero no podrían ser más diferentes. Los micrófonos de Masterchef han captado varias frases despectivas de Díaz hacia Rivers.

El pasado polémico de Pelayo Díaz

Pelayo Díaz es un personaje conocido desde 2008. Ha protagonizado varios momentos polémicos, como su curso para "educar la mirada", el día que pidió el despido de una chica por criticar su estilismo, la foto con un tanga hecho de mascarillas en lo peor de la pandemia, o el perro encargado por internet y enviado por servicio de paquetería.

Menos conocida es la anécdota que rescataba, años ha, un profesor universitario: Pelayo Díaz se emocionaba en Cámbiame al recordar su vuelta de Londres a Madrid, y, entre lágrimas, comentaba el bajón que le dio ver a esa gente española, tan cateta y mal vestida.

Esta es la categoría de los personajes que van a la televisión a concursar como celebrities. Pelayo Díaz no es, como él insinúa, un villano. Los villanos tienen épica. Masterchef Celebrity no dejará de sorprenderme. Parece que cada grupo fuese producto de una abducción extraterrestre en calas menorquinas.

Pelayo nos ha puesto, por una vez, a todos de acuerdo. Eso sí, que se cuiden en ese plató de los idus de marzo, que hay muchos cuchillos, y no solo junto a los fogones.