Las redes sociales y el suicidio: una historia trágica
En octubre de 2022, la influencer de yoga Luana Hervier se quitó la vida a los 38 años. Su madre, Mirta Sara Wainberg, ha revelado los factores que llevaron a su hija a tomar esta trágica decisión.
Presión de las redes sociales
Luana Hervier contaba con más de 124.000 seguidores en Instagram y compartía contenido sobre yoga y coaching de vida. Wainberg asegura que su hija se sentía presionada por mantener una imagen perfecta en las redes sociales.
«Se sentía obligada a estar siempre bien», afirma Wainberg. «Me decía: 'Todos parecen estar bien, menos yo'».
Cada publicación, clase o foto era sometida a crítica, lo que afectaba emocionalmente a Hervier.
Sensación de impostora
Además de la presión externa, Hervier también luchaba contra una sensación de impostora. A pesar de compartir mensajes sobre bienestar en las redes sociales, no sentía que estos principios funcionaran en su propia vida.
«Se sentía una impostora», dice Wainberg. «Todo lo que compartía sobre la meditación y las respiraciones no estaba funcionando en ella».
Esta disonancia entre su imagen pública y su estado emocional interno contribuyó a su malestar.
Diagnóstico de depresión
Hervier recibió un diagnóstico de depresión y recibió atención médica de psicólogos y psiquiatras. Sin embargo, seguía sintiéndose aislada y sola.
«Sentia que era la única persona en el mundo que vivía esa realidad», señala Wainberg.
El estigma asociado a la enfermedad mental y las críticas de los medios de comunicación empeoraron su situación.
Un llamado de atención
Wainberg utiliza la historia de su hija para advertir sobre los peligros de las redes sociales y la importancia de la salud mental.
«Las redes sociales no son la vida real», afirma Wainberg. «Lo importante son las personas que te rodean, los afectos que tenemos».
El caso de Luana Hervier es un trágico recordatorio de cómo la presión de las redes sociales, la sensación de impostora y la depresión pueden tener consecuencias devastadoras.