Lana del Rey triunfa en su esperada actuación en el festival Primavera Sound

Tras cinco horas de espera, los fans de Lana del Rey no se desanimaron por aguantar 25 minutos más hasta que la diva hizo su aparición en el escenario. Ataviada con un vestido de vestal minifaldero, un peinado esculpido y las botas que Elton John habría deseado para su Rocket Man, Lana del Rey se movía con parsimonia celestial, caminando sin tocar el suelo, como hacen las divinidades, ante un público entusiasmado.

Un repaso a sus grandes éxitos

Con un saludo rutinario en un decorado abigarrado, Lana del Rey, la mujer de otra época, la venida del pasado para trascender hasta el futuro, comenzó su actuación con "Without You" y abordó éxitos como "West Coast", "Summertime Sadness", "Doin' Time" o "Ride", preludio de un éxito anunciado. La multitud lo corroboró con su presencia. Lana del Rey reinó sin despeinarse.

Una jornada multitudinaria

Desde el mediodía, ya se notaba que la jornada sería concurrida. Una riada humana transitaba del metro al recinto, donde decenas de auxiliares encauzaban el flujo. "Ahora bien, pero por la noche salen muy torcidos, en especial los guiris, ¡se pegan cada torta al tropezar con los bordillos!", comentaba uno de ellos, quien pese a las horas de trabajo se mostraba contento y bien remunerado (700 euros limpios por doce horas diarias durante cinco días).

Seguridad y organización

Paralelamente, otros trabajadores, en este caso policías, levantaban tapas de alcantarillas en torno al recinto para verificarlas: "Lo hacemos por protocolo en todos los acontecimientos", aseguraba el mando a cargo del operativo, convencido de no encontrar nada más allá de lo normal bajo una tapa de alcantarillado.

Ferran Palau y Joanna Sternberg, antesala de Lana del Rey

En los accesos a la plataforma marítima, donde se ubican los escenarios principales, un gentío hacía cola, no para ver a Ferran Palau, sino para conseguir un buen lugar frente al escenario donde actuaría Lana del Rey. Emily, de 18 años, había venido con su madre desde Alicante y estar allí era su regalo de cumpleaños. Los menores de 15 entraban gratis y también hacían una importante cola para recibir su pulsera.

Mientras, en otro escenario, Ferran Palau ironizaba sobre su público, que no era el suyo, y charlaba como solo se charla cuando se está nervioso. Ante un panorama de faldas largas y encajes, y ellos como siempre, más vistosos los homo y más convencionales los heteros, con excepciones, Ferran Palau desplegó su maravilloso pop-folk delicado, centrado en el amor y con unos soberbios solos de guitarra de Jordi Matas.

En la solemne oscuridad del recinto, Joanna Sternberg desplegó su cancionero folk con guitarra y teclado. Una artista singular, cuya personalidad no se define por el equilibrio, que impuso un celoso silencio que solo se rompió cuando bromeaba sobre su incapacidad para comenzar bien los temas.

Música en catalán y drogas bajo control

En los escenarios al aire libre, el cantante Guillem Gisbert demostró que su repertorio también funciona en grandes escenarios, aunque su público fuera local. Sus canciones ganaron aire y sonaron perfectas, con él haciendo el tonto al atreverse con unos pasos de sardana para acabar con "Balla la masurca".

Por último, en el apartado de drogas, los responsables de Energy Control aseguraban que las drogas compradas fuera eran de mejor calidad y menos peligrosas que las adquiridas dentro del festival. Esta organización vela por que quien desea alterarse lo haga con garantías.