Polémica en la Tierra de los Narcocorridos: ¿Prohibir o no prohibir?

La controversia sobre los narcocorridos está resonando fuertemente en México, especialmente tras un incidente reciente en Texcoco donde un concierto terminó en disturbios debido a la negativa del artista a interpretar canciones prohibidas en la región. La pregunta central que se plantea es si la prohibición de los narcocorridos es una estrategia efectiva para disminuir la violencia en el país.

Posturas encontradas dentro del gobierno

Mientras que la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, considera «absurdo» prohibir estos temas y aboga por construir conciencia social contra la apología del narcotráfico, otros miembros de su partido, Morena, están impulsando medidas restrictivas. Sin embargo, según informa El Financiero (2024), abogados y expertos cuestionan la eficacia de estas prohibiciones, basándose en experiencias previas en diversos estados.

Incidentes recientes y reacciones gubernamentales

El incidente en Texcoco, donde la negativa del cantante Luis R. Conríquez a interpretar corridos bélicos desató la furia del público, subraya la complejidad del problema. El gobierno del Estado de México, también de Morena, había advertido sobre sanciones a quienes promovieran la violencia o las drogas en sus espectáculos.

Paralelamente, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, anunció la inminente prohibición de espectáculos públicos que hagan apología del delito, buscando «recuperar la paz y la tranquilidad». En Jalisco, el gobernador opositor Pablo Lemus ha adoptado una postura similar, vetando a grupos que elogien a criminales en eventos gubernamentales, tras un incidente donde se proyectaron imágenes de un líder del Cártel Jalisco Nueva Generación durante un concierto, actualmente bajo investigación.

Antecedentes y la libertad de expresión

Los intentos de censura a los corridos que exaltan a narcotraficantes no son nuevos, remontándose a finales del siglo XX, con figuras como Los Tigres del Norte denunciando la censura. Actualmente, varios estados tienen prohibiciones basadas en sus códigos penales locales. Sin embargo, el sociólogo José Manuel Valenzuela, citado por El Financiero (2024), considera que el auge prohibicionista responde a la demagogia política y al contexto de la lucha contra los cárteles.

El auge de los corridos tumbados y la opinión de los expertos

A pesar de las prohibiciones, los corridos siguen siendo populares, especialmente los corridos tumbados, popularizados por artistas como Peso Pluma. Valenzuela argumenta que «el error es seguir pensando que combatiendo los corridos se combate el problema de fondo», refiriéndose a la violencia. Él sugiere que en lugar de prohibir, se debería promover la creación de corridos con mensajes positivos, como aquellos que denuncian feminicidios.

El debate legal y la libertad de expresión

Leopoldo Maldonado, abogado de Artículo 19, una ONG que defiende la libertad de expresión, critica la criminalización de los cantantes como «una salida fácil de los políticos ante la incapacidad de investigar y sancionar las atrocidades que se están cometiendo en México». Maldonado recuerda que la legislación actual permite actuar contra quienes inciten al odio o la violencia, sin necesidad de censura previa, que está prohibida por la Constitución.

La perspectiva sociológica y el futuro de los corridos

José Manuel Valenzuela, sociólogo de Tijuana, destaca que la prohibición no detiene la música; simplemente la transforma. «Como ocurrió con otras prohibiciones culturales en distintos momentos de la historia, dentro y fuera de México —el son, el tango o el rock— los corridos continuaron tocándose y escuchándose pese a los vetos», explica Valenzuela (como se cita en AP, 2024).

En lugar de la censura, Valenzuela propone un enfoque más constructivo: «no hay que prohibirlos, sino promover que favorezcan otros mensajes». Esta visión sugiere un cambio cultural que podría ser más efectivo a largo plazo.

Conclusión

La discusión sobre la prohibición de los narcocorridos continúa, mostrando una división de opiniones y estrategias dentro del gobierno y la sociedad mexicana. Mientras algunos abogan por la prohibición como una forma de combatir la violencia, otros argumentan que la censura no es la solución y que es necesario abordar las causas profundas de la violencia y promover mensajes positivos a través de la música. El futuro de los narcocorridos y su impacto en la sociedad mexicana sigue siendo un tema de debate y análisis constante.