"Querer": Un arte sin adjetivos

La serie "Querer", creada por Alauda Ruiz de Azúa, es una obra maestra que trasciende los límites del entretenimiento y se erige como un espejo de la sociedad actual. Con una narrativa excepcional y personajes profundamente humanos, "Querer" aborda temas cruciales como la violencia, el machismo y la complejidad de las relaciones familiares.

Una historia de violencia y redención

La serie gira en torno a una mujer llamada Lucía (Nagore Aramburu), quien denuncia haber sido víctima de violencia machista por parte de su expareja. A medida que avanza la investigación, el caso se torna cada vez más complejo y surgen dudas sobre la veracidad de las acusaciones. Ruiz de Azúa aborda este delicado tema con sensibilidad y sin caer en estereotipos.

Arte que trasciende el mensaje

Más allá de su mensaje sobre el machismo, "Querer" destaca por su excepcional calidad artística. La dirección de Ruiz de Azúa es magistral, creando una atmósfera inquietante y desgarradora. Los planos secuencia y la fotografía son poesía visual, capturando la esencia de la soledad y el dolor de los personajes.

Los diálogos, parcos pero contundentes, reflejan la carga emocional que pesa sobre los protagonistas. Cada gesto, cada mirada, cada silencio es un pincelazo que enriquece el tapiz narrativo.

Una invitación a la reflexión

"Querer" no es un mero entretenimiento; es una invitación a la reflexión sobre el lado oscuro de la sociedad y la fragilidad de las relaciones humanas. La serie cuestiona prejuicios y nos obliga a confrontar nuestras propias preconcepciones.

Ruiz de Azúa no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas incómodas que nos dejan pensando mucho después de que terminen los créditos. Esta es la verdadera belleza del arte: su capacidad para trascender el entretenimiento y provocar un cambio en nuestra forma de pensar y sentir.

"Querer" no es un telefilme para profesores de instituto vagos que rellenen una clase de Valores. Es arte sin adjetivos, una obra que deberíamos celebrar con entusiasmo y preservar de desprecios facilones."

- Sergio del Molino, El País