RTVE se 'broncaniza': "La revuelta" denuncia las malas prácticas de "El hormiguero"

La televisión pública española, RTVE, y su programa "La revuelta" han denunciado públicamente las prácticas de "El hormiguero", de Antena 3, para competir por los invitados.

Origen del conflicto

El detonante fue la cancelación a última hora de una entrevista con el piloto de motociclismo Jorge Martín en "La revuelta". Según el programa de Broncano, la productora de "El hormiguero" y altos cargos de Atresmedia presionaron para que la entrevista no se realizara.

Reacción de RTVE

Ante esta situación, RTVE, a través de "La revuelta", ha emitido un mensaje contundente de protesta. En lugar de una entrevista estándar, emitieron casi 15 minutos de vídeos de animales, con el título "La berrea del ciervo", en horario de máxima audiencia.

"No todo vale por lograr el liderazgo", afirmaron desde "La revuelta".

Otros programas de RTVE, como "59 segundos", "24 horas" y "La hora de la 1", también se sumaron a la protesta con mensajes irónicos y rótulos poco habituales.

Antecedentes

La directiva de RTVE ha reconocido que las prácticas de "El hormiguero" para conseguir invitados han sido una constante en los últimos años.

Según fuentes de la cadena pública, "El hormiguero" ha cambiado horarios de entrevistas acordadas previamente, ha contactado con invitados para presionarlos y ha amenazado con represalias si no son entrevistados primero por ellos.

Impacto

La protesta de RTVE ha generado un gran debate en la industria televisiva. Algunos profesionales consideran que esta competitividad extrema es algo habitual, mientras que otros la condenan como una práctica poco ética.

El conflicto ha puesto de manifiesto la situación de la televisión pública española, que intenta conectar con nuevos públicos y modernizar su imagen, pero que sigue enfrentándose a la competencia de las cadenas privadas.

Conclusión

La denuncia de RTVE sobre las prácticas de "El hormiguero" es un reflejo de los retos a los que se enfrenta la televisión pública en la actualidad. La competitividad extrema y las presiones por la audiencia pueden llevar a prácticas poco éticas que erosionan la confianza del público.