Su labor evangelizadora
En el año 715, Bonifacio se trasladó a los Países Bajos con el objetivo de predicar el Evangelio y convertir a los paganos del norte de Europa. Sin embargo, su misión inicial fracasó debido a la guerra en la zona. Tres años más tarde, recibió el encargo papal de organizar la Iglesia en Alemania y evangelizar a sus pueblos.
Bonifacio predicó durante un lustro, bautizando a miles de personas y devolviendo la fe a muchos cristianos que la habían perdido. El Papa Gregorio II le nombró obispo y le otorgó plenos poderes para su labor en Alemania. Posteriormente, obtuvo el rango de arzobispo y delegado papal.
Su martirio y legado
El 5 de junio del año 754, San Bonifacio fue asesinado junto con 50 compañeros en Flandes. A pesar de su muerte, dejó un legado imborrable en la Alemania cristiana, estableciendo varios obispados y nombrando discípulos que continuaron su obra evangelizadora.
San Bonifacio es venerado como uno de los santos más importantes de Alemania y su nombre continúa siendo popular entre los cristianos de habla hispana. Actualmente, en España hay más de 3.000 hombres que llevan este nombre y celebran su onomástica el 5 de junio.