Severance: El espejo de la deshumanización laboral
En un mundo obsesionado con la productividad, la salud mental se convierte en un daño colateral. Severance, la serie de Apple TV+, explora esta premisa llevando al extremo la dicotomía entre el trabajo y la vida personal, cuestionando el costo emocional de tratar a las personas como máquinas.
El absurdo del entorno laboral
El creador de Severance, Dan Erickson, encontró inspiración en sus propias experiencias corporativas, donde observó el absurdo del entorno laboral. Esta observación se convirtió en el núcleo de la serie, que busca reflejar la realidad de muchos: jornadas interminables, estrés acumulado y un vacío que perdura más allá de la jornada laboral.
La división entre innies y outies
Severance introduce el concepto de innies y outies, dos versiones de la misma persona separadas por un procedimiento quirúrgico que fragmenta su memoria. Los innies viven exclusivamente en el entorno laboral, sin recuerdos de su vida fuera de él, mientras que los outies llevan sus vidas personales sin conocimiento de lo que ocurre en su trabajo. Esta división plantea interrogantes sobre la identidad, el consentimiento y el sacrificio personal en aras de la productividad.
El impacto de los líderes
Patricia Arquette, quien interpreta a Harmony Cobel, la gerente del piso cercenado en Lumon Industries, destaca el impacto de los líderes en sus colaboradores. La serie muestra cómo las acciones o inacciones de un líder pueden repercutir en la salud mental y emocional de los empleados.
El centro de bienestar como trampa
En Severance, existe un departamento donde los innies pueden procesar sus emociones negativas. Sin embargo, este centro de bienestar es en realidad una trampa que busca romper al individuo. Como señala Tramell Tillman, quien interpreta a Seth Milchick, la misión de este centro es quebrantar al empleado, disfrazado bajo el pretexto del bienestar.
Un llamado de atención
La segunda temporada de Severance, que se estrena el 17 de enero, promete ser más oscura y reveladora. Su objetivo, según Erickson, es enfrentar a los espectadores con las mismas preguntas que se hacen los personajes: quiénes somos dentro y fuera del trabajo, y qué sacrificamos al aceptar las reglas del sistema. La serie se convierte en un llamado de atención sobre los efectos de un sistema laboral que deshumaniza a sus empleados.
Severance no ofrece respuestas fáciles, pero sí invita a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y el equilibrio laboral. Cada personaje encarna una pieza esencial de este rompecabezas emocional y ético, recordándonos que somos seres humanos, no máquinas.