El 'true crime' o el rentable negocio de los sucesos

Los ‘true crime’ o contenidos sobre crímenes reales están en auge. Programas de televisión, podcast y series de streaming se han sumado a la tendencia, que se ha convertido en un negocio altamente rentable debido al interés voraz del público por este tipo de historias.

Desde que en 2014 se estrenara el podcast ‘Serial’, sobre el asesinato de una joven estudiante en Estados Unidos, los sucesos no han dejado de ocupar un lugar destacado en la cultura popular. Hoy en día, son los contenidos más demandados por las audiencias.

Las razones de este fenómeno son diversas. Por un lado, los avances tecnológicos han facilitado el acceso a información sobre crímenes y procesos judiciales. Por otro lado, la sociedad actual está más interesada que nunca en comprender la mente humana y las motivaciones que llevan a las personas a cometer actos atroces.

El placer culpable de la sociedad

Los ‘true crime’ ofrecen una mezcla de entretenimiento y educación. Permiten a los espectadores adentrarse en el mundo de la criminología y descubrir la complejidad de los casos reales. Además, proporcionan un placer culpable a los espectadores, quienes pueden disfrutar de la emoción y el suspense que generan estas historias sin tener que enfrentarse a las consecuencias reales de la violencia.

Una industria en crecimiento

El ‘true crime’ se ha convertido en una industria multimillonaria que genera cuantiosos beneficios para productoras, plataformas de streaming y otros agentes del sector. El éxito de este tipo de contenidos ha llevado a la creación de nuevas empresas especializadas en la producción de ‘true crime’, como True Crime Factory, la productora del periodista Carles Porta.

Los medios tradicionales también se han sumado a la tendencia, incorporando secciones de ‘true crime’ en sus informativos y periódicos. La razón es clara: los sucesos venden y atraen a grandes audiencias.

Sin embargo, el auge del ‘true crime’ también ha generado cierta polémica. Algunas voces críticas argumentan que este tipo de contenidos puede contribuir a la deshumanización de las víctimas y fomentar el morbo por la violencia. Otros, en cambio, defienden que los ‘true crime’ pueden ser una herramienta valiosa para concienciar sobre la violencia de género, los asesinatos sin resolver y otros problemas sociales.

Sea como fuere, el ‘true crime’ ha llegado para quedarse. Su capacidad para atrapar e interesar a las audiencias seguirá generando cuantiosos beneficios para la industria del entretenimiento en los próximos años.