A mí me encanta que ahora pueda verlos en Netflix o HBO y no en aplicaciones de dudosa procedencia, me gusta la trama y la forma en la que nos envuelven a través de los colores, la arquitectura y los paisajes. Dependiendo de lo que quieran relatar, puede verse todo muy blanco, con muchas flores o, por el contrario, con muchos edificios. Saben cómo llegarle al público que es demasiado diverso. Desde adolescentes hasta señoras amas de casa. Acá entre nos, hasta mi novio se ha visto un par (porque yo se lo pedí, pero cuenta).
Por otro lado, la ciudad está llena de restaurantes con esta temática en los que idolatran una cultura que no cobra el agua y en Bogotá te sacan hasta 10 mil por una botella. Es más, hace poco fui a un restaurante que me encanta y ahora hay que pagar para entrar…
En fin, volviendo al tema de los dramas coreanos, véanse todos los que quieran. En serio hay producciones muy buenas, los capítulos son largos, algunos lentos, pero valen la pena. Dense la oportunidad si no lo han hecho y siempre tengan claro que no hay que idealizar lo que no conocemos. Una cosa es la realidad y otra la ficción.