La misión de Butch Wilmore y Suni Williams a la Estación Espacial Internacional (EEI) se ha convertido en una odisea de dos meses debido a problemas técnicos con su nave espacial, la Starliner de Boeing.
Dos veteranos atrapados en el espacio
Butch Wilmore, de 61 años, y Suni Williams, de 58, salieron a una misión de prueba de ocho días a la EEI el 5 de junio, pero su regreso a la Tierra se ha visto retrasado indefinidamente debido a un problema en el módulo de servicio de la Starliner, que proporciona energía a la nave espacial.
Los astronautas inicialmente experimentaron fallas en los motores y fugas de helio gaseoso, pero estos problemas se consideraron menores. Sin embargo, el problema más grave surgió cuando descubrieron un desperfecto en el módulo de servicio, lo que los obligó a permanecer en la EEI.
Una nave de rescate está en camino
La NASA está considerando enviar una nave de rescate de SpaceX, la Crew Dragon, para traer de regreso a Wilmore y Williams. La Crew Dragon está programada para viajar a la EEI a mediados de septiembre, pero este plan implica una logística compleja.
La cápsula de SpaceX llegará con cuatro tripulantes que formarán parte de la Expedición 72 y retirará la misma cantidad. Según el plan de contingencia de la NASA, esta vez llegaría con dos asientos libres, lo que permitiría el regreso de Wilmore y Williams.
Una misión plagada de contratiempos
La misión de la Starliner ha estado plagada de contratiempos desde el principio. El despegue se pospuso varias veces en 2022 y 2023 debido a problemas técnicos. Finalmente, la nave despegó el 5 de junio, pero los problemas continuaron surgiendo durante el vuelo.
Los astronautas han tenido que racionar su ropa, usar las mismas prendas durante más tiempo de lo habitual y adaptarse a espacios de descanso improvisados. También han ayudado al resto de la tripulación con experimentos científicos y tareas de mantenimiento.
El futuro de la Starliner en duda
Los problemas de la Starliner son un duro golpe para Boeing, que ya enfrenta una crisis de reputación por el fallo de seguridad del 737 Max 9 de Alaska Airlines en enero de este año.
La NASA y Boeing han invertido millones de dólares en el desarrollo de la Starliner y es probable que hagan todo lo posible para que responda, a pesar de los riesgos que conlleva. Sin embargo, el futuro de la Starliner ahora está en duda.