Las células cancerosas han desarrollado una estrategia ingeniosa para evadir el sistema inmunitario: manipulan sus ribosomas, las fábricas de proteínas del cuerpo, para ocultar su presencia.

Ribosomas: el escondite secreto de las células cancerosas

Un equipo de investigadores del Instituto Oncológico de los Países Bajos ha descubierto que las células cancerosas pueden modificar sus ribosomas para reducir la producción de una proteína clave que las hace visibles para el sistema inmunitario. Esta proteína, llamada tallo P, actúa como una extensión flexible que permite a los ribosomas producir ciertas proteínas de forma más eficiente.

"El sistema inmunitario actúa como un vigilante constante, siempre alerta ante cualquier amenaza en el cuerpo. Para sobrevivir, las células cancerosas deben encontrar maneras de evadir este control", explica Liam Faller, investigador del Instituto Holandés del Cáncer.

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Al reducir la producción de tallo P, las células cancerosas pueden disminuir las señales visibles para el sistema inmunitario, lo que les permite ocultarse como si estuvieran poniendo una "cara de póquer". Esto dificulta que el sistema inmunitario reconozca y ataque a estas células.

El arma del futuro: inhibiendo la manipulación de ribosomas

El descubrimiento de este mecanismo de evasión ofrece nuevas esperanzas para el tratamiento del cáncer. Al inhibir la capacidad de las células cancerosas para manipular sus ribosomas, los investigadores creen que pueden hacerlas más visibles para el sistema inmunitario, permitiendo que las ataque y destruya de manera más efectiva.

"Si logramos inhibir este proceso, podríamos hacer que las células cancerosas sean más visibles para el sistema inmunitario, permitiendo que las ataque y destruya de manera más efectiva", explica Anna Dopler, investigadora clave del proyecto.

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Los investigadores continúan trabajando para identificar exactamente cómo las células tumorales logran esta manipulación, con el objetivo de bloquear esta capacidad en el futuro.