El giro hacia las políticas anti inmigración podría perjudicar al sector tecnológico estadounidense

Si Donald Trump es reelegido como presidente, ¿qué pasará con las empresas estadounidenses? Muchos líderes empresariales confían en que no cumplirá sus promesas de campaña sobre aranceles y deportaciones masivas. Sin embargo, las fijaciones de Trump con los aranceles y la inmigración son profundas, y es probable que no reaccione bien si la gente se burla de él por no cumplir con sus emblemáticas ideas políticas.

La hostilidad hacia los inmigrantes no sólo creará escasez de mano de obra para muchos trabajos manuales que los estadounidenses nativos son reacios a realizar, sino que también socavará el liderazgo estadounidense en tecnología.

Trump ha revelado su intención de declarar una emergencia nacional y desplegar al ejército para ayudar a acorralar al inmenso número de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos, colocándolos inicialmente en lo que Stephen Miller, uno de sus principales asesores en materia de inmigración, ha denominado "enormes centros de detención".

Tales medidas serían una tragedia humanitaria y para las libertades civiles. Pero es probable que estas consideraciones no disuadan a Trump. Si acaso, es posible que agradezca la indignación porque le hará parecer fuerte y decidido.

El impacto económico podría ser otra cuestión. Las deportaciones masivas crearían escasez y aumentarían los precios en los sectores que emplean a un gran número de inmigrantes que carecen de un estatus legal permanente (además de los trabajadores legales que también podrían verse afectados), como la agricultura, el envasado de carne y la construcción.

Nuestro sector tecnológico es la maravilla del mundo. Hacia 1995, las principales economías ricas del mundo parecían estar todas más o menos al mismo nivel tecnológico, con niveles similares de productividad.

Sin embargo, como señala un informe reciente para la Comisión Europea elaborado por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, Estados Unidos ha vuelto a tomar la delantera en las últimas décadas. Lo que me parece interesante de este repunte estadounidense es que no es generalizado: los europeos hacen la mayoría de las cosas igual de bien que nosotros. La cuestión es más bien que Estados Unidos ha tomado la delantera en tecnología digital.

¿A qué se debe este éxito? Sin duda, tiene múltiples causas, entre ellas las externalidades de red creadas por el grupo de empresas tecnológicas de Silicon Valley, que tiene una renta per cápita increíblemente alta. Pero si pasamos un tiempo en los centros tecnológicos de Estados Unidos, resulta evidente que los inmigrantes -a menudo inmigrantes con un alto nivel educativo procedentes del sur y el este de Asia- son también una parte clave de la historia.

El primer gobierno de Trump se mostró claramente hostil hacia los inmigrantes legales con un alto nivel de formación, así como hacia los trabajadores manuales que viven ilegalmente en Estados Unidos.

Hizo que obtener o renovar visados, que es la principal forma en que pueden trabajar aquí, resultara considerablemente más difícil para los extranjeros altamente cualificados. Y muchos de estos trabajadores temen que estas políticas vuelvan, sólo que peor.

Es probable que el giro contra los inmigrantes también afecte a los trabajadores altamente cualificados. Dejando a un lado las políticas específicas, una de las razones por las que Estados Unidos ha tenido tanto éxito a la hora de atraer a los mejores y más brillantes del mundo es porque era una sociedad abierta; quizás más que cualquier otro país, Estados Unidos era un lugar donde las personas de diferentes culturas podían sentirse bien recibidas.

Esa era podría estar llegando a su fin.