Vishing y smishing: los fraudes cibernéticos que se aproximan y cómo prevenirlos
Métodos de vishing
El eslabón débil: la vulnerabilidad humana
Un escenario común implica a un estafador que llama afirmando ser del área de pagos de una empresa, alegando que hay un problema con las transferencias y solicitando información bancaria. Sin saberlo, la víctima podría estar entregando su información más valiosa a un delincuente.
Prevención del vishing
Afortunadamente, la prevención es posible. La clave está en ser escéptico y verificar cualquier solicitud inesperada. Si recibe una llamada que le parece sospechosa, lo mejor es cortar y contactar directamente a la empresa o entidad que mencionan, utilizando un número oficial. Nunca comparta información sensible por teléfono, especialmente si la solicitud proviene de una llamada inesperada. Recuerde que las instituciones serias nunca solicitarán información confidencial de esta manera.
Además, es esencial fomentar la capacitación en ciberseguridad en todos los niveles. Un equipo bien informado es la primera línea de defensa contra estos ataques. La educación sobre las tácticas de los estafadores puede marcar la diferencia entre ser una víctima o un usuario precavido.
Smishing: el phishing por mensajes de texto
Responsabilidades ante el vishing y el smishing
A medida que los delincuentes se adaptan a un entorno digital en constante cambio, los usuarios deben estar cada vez más alerta. La responsabilidad recae no solo en los individuos, sino también en las empresas y los gobiernos. Es esencial promover la educación en ciberseguridad y proporcionar herramientas que ayuden a identificar mensajes sospechosos.
La prevención es clave: aprenda a cuestionar la legitimidad de un mensaje de texto, incluso si parece provenir de una fuente confiable. El smishing nos recuerda que, en el ámbito digital, la confianza puede ser un arma de doble filo. La protección de nuestros datos es un esfuerzo colectivo, y todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra estas amenazas.
Manténgase siempre alerta, porque en el mundo del vishing y el smishing, la curiosidad puede costarnos mucho más de lo que imaginamos.