Intel continúa en crisis con la dimisión de su director ejecutivo

Pat Gelsinger, director ejecutivo de Intel, ha renunciado abruptamente a su cargo tras casi cuatro años en el puesto. Su salida se produce en medio de una grave crisis para el gigante tecnológico, que ha visto caer su valor en picado y perder cuota de mercado frente a sus competidores.

Pérdidas millonarias y reestructuración

Intel, antes líder del sector de los chips, ha perdido casi la mitad de su valor en lo que va de 2024. Su capitalización bursátil ha caído por debajo de los 100.000 millones de dólares, mientras que Nvidia, su principal rival, ha disparado su valor más de un 200% en el mismo periodo.

La empresa ha anunciado recientemente cargos por reestructuración y deterioro de activos por valor de 18.700 millones de dólares, en un nuevo esfuerzo por recuperar su competitividad. Estos cargos incluyen gastos de reorganización y reducción de costes y amortizaciones de fondo de comercio.

Competencia feroz y estrategia fallida

Intel se enfrenta a una feroz competencia en el mercado de los chips de inteligencia artificial (IA), donde Nvidia se ha consolidado como líder. El Consejo de Administración de Intel ha presionado a Gelsinger por el retraso de la empresa en el desarrollo de chips de IA.

El plan de Gelsinger de convertir a Intel en una potencia de fabricación de chips para rivalizar con Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) no ha dado los frutos esperados. Su proyecto de fabricar chips para otras empresas ha tenido dificultades para atraer clientes.

Cambios en la cúpula directiva

El director financiero, David Zinsner, y la vicepresidenta ejecutiva, Michelle Johnston Holthaus, han sido nombrados directores ejecutivos interinos hasta que se encuentre un reemplazo permanente para Gelsinger.

Frank Yeary, presidente independiente del Consejo de Administración de Intel, asumirá el cargo de presidente ejecutivo interino durante la búsqueda del nuevo director ejecutivo.

Futuro incierto

La dimisión de Gelsinger deja a Intel en una encrucijada. La empresa debe encontrar un nuevo líder que pueda revertir su declive y restaurar la confianza de los inversores.

Los analistas creen que la salida de Gelsinger podría dar lugar a una mayor reestructuración y venta de activos, ya que Intel busca redefinir su estrategia y recuperar su antiguo esplendor.