La escasez de alfabetización digital se ha convertido en un problema social significativo que afecta a un porcentaje importante de la población, lo que dificulta el acceso a servicios financieros y trámites digitales. Esta situación evidencia que, a pesar de la rápida democratización tecnológica, el vertiginoso avance de las innovaciones tecnológicas ha llevado a que la tecnología se convierta en un objeto educativo en sí mismo.

Grandes retos en el sector educativo

En España, aproximadamente el 35% de la población carece de conocimientos digitales básicos, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) de Red.es. Para abordar esta brecha, se están implementando numerosas iniciativas públicas que buscan fomentar el conocimiento de estas tecnologías y universalizar su uso.

Estas iniciativas incluyen el Plan Nacional de Competencias Digitales, la estrategia nacional 'España Digital' y el Programa CODI (Competencias Digitales para la Infancia). Además, las comunidades autónomas también cuentan con iniciativas propias, como el Plan Regional de Capacitación Digital de la Comunidad de Madrid.

  1. Romper con la estandarización, permitiendo que los contenidos se adapten a las necesidades, motivaciones y capacidades individuales.
  2. Abarcar el concepto de 'lifelong-learning', entendiendo el aprendizaje como un proceso continuo a lo largo de la vida.

El papel de la colaboración y la innovación en la brecha digital

Para encontrar una solución efectiva a este desafío, es esencial la colaboración entre el sector público y el privado. El 'ODS17 - Alianzas para lograr los objetivos' de la Agenda 2030 de Naciones Unidas fomenta este enfoque conjunto, junto con la cooperación de toda la comunidad educativa.

En este sentido, las firmas tecnológicas y las edtech desempeñan un papel crucial como catalizador del desarrollo de innovaciones que se incorporan al sector educativo. Estas tecnologías facilitan el acceso a nuevos formatos, complementan la enseñanza tradicional y promueven un aprendizaje más personalizado y continuo.

Conclusión

La brecha digital pone de manifiesto la necesidad de implementar planes específicos de capacitación ciudadana. Esta ambición requiere la colaboración de gobiernos, agentes educativos y, especialmente, las edtech, con su capacidad para garantizar la accesibilidad y la inclusión. Las iniciativas públicas son un primer paso esencial, pero se requieren alianzas más amplias para avanzar hacia una sociedad más alfabetizada digitalmente.

Al abordar eficazmente este desafío, podemos aprovechar el potencial de las tecnologías digitales para mejorar la inclusión social, económica y educativa, allanando el camino hacia un futuro más equitativo y próspero.